Viernes, el tan ansiado día de la semana había llegado y eso alegraba a mas de uno, yo no era la excepción por su puesto, al contrario también me alegraba por múltiples razones, lo primero era que era el fin de una semana de tediosa clase, lo segundo era que el fin de semana iría a pasarla con mi mamá, y lo tercero es que hoy toca clase de psicología con Vladimir, no estaba segura de cual de las 3 cosas me emocionaba mas, pero lo tercero siempre resultaba por mucho mas interesante de lo que una pensaría. Angel no contestó al mensaje que le había dejado la noche anterior, muy seguramente no tenía internet de nuevo, pues en Venezuela falla mucho el internet al parecer, pero no importaba mucho, ya que de alguna forma el siempre regresaba cuando yo menos lo esperaba. Y así era, compartíamos de todo y hablábamos de todo por horas solo para matar el tiempo. Por eso le tomé tanto cariño en tan poco tiempo, lo conocí hace un par de años y puedo considerarlo mi mejor amigo, aunque no lo pueda ver todos los días o abrazarlo si quiera, yo sé, que el está conmigo.


No obstante, si me gustaría verlo algún día, tengo la esperanza de ir a conocerlo, me gustaría a mi ir a Venezuela, después de todo se dice que únicamente esta muy mal gobernada pero que posee una cultura y biodiversidad, completamente únicas en el mundo. La caminata al colegio se me hizo mas breve de lo común, ni idea del por que pero se me hizo mucho mas llevadera, quizá era la emotiva música que usaba para distraerme por las mañanas >>A hard days night-The Beatles<< o el hecho de que no había mucha gente por estos lares como de costumbre, fuera lo que fuere llegué sorpresivamente rápido al colegio mismo y a mi salón. Donde el profesor Víctor aun no se aparecía, por lo que me senté en mi respectivo asiento en su espera, después de unos momentos hizo su aparición, era un hombre alto pero regordete con un tono de voz casi siempre elevado que me molesta sinceramente, Su clase era neutral, ni monótona ni demasiado divertida tampoco, si no dijera casi siempre la palabra "ajá" de forma elevada sería esplendido.


La profesora Petra por su parte llegó como de costumbre con esa sonrisa algo fingida y después adoptó un expresionismo neutral y monótono, cualquiera pensaría que estaba enojada, muy seguramente esa mujer pasaba por problemas y alguien como yo, sencillamente no podía saberlo, no era de mi incumbencia después de todo. Empezó a impartir su clase como siempre fijándose de ese libro inseparable para ella, ¿quizá era que ella en realidad no sabia ingles o hay cosas que ella no domina en particular?, no lo sé, lo que si se es que si no presto la debida atención olvidaré lo que se explica en esta clase y en evaluación saldré muy mal. Después de esa clase me dirigí al salón de Vladimir, donde el estaba esta vez oyendo música con auriculares mientras parecía garabatear algo, parecía bastante animado debido a que llevaba el ritmo de la melodía con el pie y movía levemente el cuerpo y la cabeza a los lados como si quisiera bailar, aunque su rostro por el contrario reflejaba una concentración brutal, me acerqué con el mayor cuidado posible intentando hacer el menor ruido, ni siquiera el de respirar, al posarme a su lado simplemente vi que dibujaba...¿un dinosaurio? Pero esta clase de dinosaurio, no logro recordar su nombre, lo he visto muchas veces. A Josue y a Angelo les habría encantado ver esto. Lastima deben estar en su respectiva clase de dibujo. Aunque siendo sincera ellos harían uno cada uno a su manera.


-Hola Isa.- Anunció sin voltearme a ver, en lugar de yo sorprenderlo, como era una costumbre ya, el me sorprendió a mi.


-Vladimir, ¿no estabas escuchando música?


-Estaba. Bajé el volumen al oír pasos.


-..Entonces, ¿Por qué fingiste que si oías música?

Dr. FobiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora