A moment of hope - pt 18

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Cuando llegaron al restaurante boutique, los recibió Cerem, quién sería la anfitriona (garzón) esa noche. La mesa estaría ocupada por los CEOs, Deniz Kaya (Servicios Eléctricos), Tahir Aydim (Rubro de la Ganadería), Faruk Yildirim (Rubro Agronomía) y Tuktu E. Polat (Servicios Petroleros), cada uno sentado en su respectivo lugar. 

Después de los saludos cordiales y aprovechando que se quedaron conversando algunos de los invitados presentes con su marido, Ada solicitó cambiar los nombres de la mesa, colocando el suyo alado del de Bora, si tenía que soportar a hombros turcos hablando de negocios, necesitaba apretar unas manitos para sus nervios y Bora siempre era la mejor opción, pensó.

- hayatım? - le pregunta volviendo a su lugar, ella sonríe - Boram - le puso la mano en la cintura, juntos conversaban con los señores.

Los CEOS estaban intrigados conversando sobre los futuros proyectos en la antesala, si bien habían realizado donaciones durante casi un año, desde que lo implementaron, se veían muy entusiasmados por seguir apostando por la educación, puesto que los becarios  tenían gran aceptación en el mercado laboral. Se quedaron conversando un poco más, hasta que llegó el invitado faltante, o mejor dicho la invitada.

Con un vestido sugerente en azul y muchas joyas en oro blanco alrededor, Tuktu E. Polat se acercó a la mesa, presentándose a sí misma.

- Buenas noches amigos, un gusto conocerlos, soy Tuktu Ebru Polat, Ebru, para los amigos - diciendo la última frase mirándolo directo a Bora bey, Ada percibió unos escalofríos y miró un poco desconfiada. 

- Ebru hanım, buenas noches - se paró del asiento - mi esposa Ada Doğrusöz, y yo Bora  Doğrusöz - le dio su mano, por formalidad, Ebru hanım sonrió y se acercó.

- ¿Una mano?, cuánta formalidad - se acercó - Bora bey, he vivido mucho tiempo en España y es nuestra costumbre saludarnos con dos besos - Ada que entendió sus intenciones en dos segundos se puso delante de su marido y extendió su mano.

- Ebru hanım, pero estamos en Turquía, disculpe nuestra formalidad - le extendió su mano y una sonrisa que disimulaba su molestia, Bora que la conocía también entendió que pronto estaría en problemas y para cortar la tensión interrumpió - estamos listos entonces, pediré a Cerem que nos lleve a nuestra mesa - le tomo la mano y la besó - ¿aşkım? - ella sonrió.

Unos minutos más tarde estaban sentados en una de las mejores mesas del restaurante, disfrutando la vista nocturna. Cada uno de los posibles socios conversaba sobre los aportes de ese inicio de año, y disfrutaron del movimiento. Cuando les tomaron la orden, Bora pidió disimuladamente que ni a él o su esposa le sirvieran alcohol, alegando una alergia, y la verdad era que cuando tenían este tipo de reuniones, ambos trataban de estar cien por ciento lúcidos para pensar mejor.

La entrada fueron pancitos / brushettas con diversos toppings, desde jamón serrano, salmón y otros productos de mar. Estos últimos tenían un olor particular que tan pronto llegaron a Ada, pidió negó con disimulo, Bora la observaba.

- İyisin? (estas bien) - le pregunta en un susurro - iyiyim (estoy bien) - le sonríe para no preocuparlo, cambia los mariscos y todo lo que sea marino por los leblebi (garbanzos tostados) de la cortesía.

Antes de llegar siquiera al segundo plato, Ada se excusó y fue al baño, la mesa de alado había pedido una parrilla de mariscos y el olor la estaba asfixiando. Un poco más calmada de las náuseas, salió a echarse un poco de agua al rostro y se encontró con una mujer, quién parecía en su misma situación. 

- ¿Está bien? - le pregunta, la mujer estaba un poco pálida

- Estaré bien - suspira un poco, Ada la ayuda para que no pierda el equilibrio

Mi destino eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora