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Y como cualquier otro fin de semana, la pasé con los chicos.

Pero, esta vez fuimos a un río que quedaba bastante lejos, pero no nos importó porque la vista que nos esperaba fue hermosa.

El agua del río era cristalina y podíamos ver todo, entre eso me encontré con varios cangrejos y me golpeé con varias piedras.

De tan solo acordarme todo lo que me pasó, me pongo roja de la vergüenza. Por intentar huir de un cangrejo, me golpeé con una piedra, caí de cara y me estaba llevando la corriente.

Los chicos nadaban detrás mío para intentar alcanzarme, pero no lo lograban porque era más importante reírse y después ayudarme.

Para finalizar el día, se les ocurrió la idea de tomarnos las manos y dejar que la corriente nos lleve. Terminamos en un lugar muy tenebroso y empezaron a nadar para volver como si no hubiera un mañana. Como no sé nadar Jay se ofreció a ayudarme para que salgamos de ahí juntos, pero en el camino olvidaba ese gran detalle y terminé ahogándome unas cinco veces.

Todo lo divertido termina porque tenemos clases.

Es Lunes y no puedo creer que mis ánimos dependan de un día, pero acá estoy arreglándome para ir al instituto con un terrible humor.

Al terminar de desayunar, salgo de casa y voy caminando lo más lento posible, total, vivo cerca y nunca llego tarde. Además, esto me ayudará a despejar mi mente y controlar mi humor.

Los chicos ya se encuentran en la entrada esperándome eso me alegra, también veo que trajeron sus mochilas tal y como les dije.

Mi mal humor se desvanece y corro hacia ellos para desearles los buenos días.

«Es increíble como las personas indicadas pueden cambiarte el día solamente mirándolos»

Ellos me saludan de la misma forma y me comentan que también vieron a algunos chicos de otros cursos con mochilas.

—Eso es bueno, al menos no nos dirán que hicimos magia para que no tengamos las actividades o que vimos el futuro y teníamos que llevar mochilas —Les comento riendo mientras caminamos por los pasillos.

—De alguna u otra forma, van a crear rumores y lo sabes —Jung Won se cruza de brazos porque sabe lo que nos espera con nuestros compañeros.

—Mientras estemos los ocho juntos, a mí no me importa.

—Estaremos siempre juntos, lo prometemos —Se acercan para hacer un abrazo grupal y dejarme en el medio.

Entramos al salón y están todos nuestros compañeros, dirigen su mirada a nuestras mochilas y comienzan a murmurar.

Los miramos mal y nos sentamos en nuestros respectivos lugares.

El profesor no tarda en llegar.

—Buenos días, alumnos. Saquen sus libros, por favor. Haremos una lectura.

—¿Cómo? ¿Hoy no comenzaba la semana de actividades? —Un compañero se levanta de su asiento furioso.

—No, es la otra semana.

—Pero, no tenemos nuestros útiles. ¿Cómo haremos?

—Ustedes no lo tienen pero ellos sí —Su mirada se dirige hacia nosotros—. ¿Cómo es eso posible?

—Seguro hicieron alguna brujería para que tener clases o lo adivinaron —Comenta otra compañera y todos asienten.

—No, jovencita. Lo único que hicieron es saber revisar sus correos porque desde el día sábado que están notificados sobre esto.

Déjenme ir [Enhypen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora