𓏲 ֗ ⁺ O2 ִֶָ

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↷✦; c h o f e r ❞

Minho acomodó por octava vez su camisa, fijándose de que las mangas estuviesen perfectamente dobladas, al igual que el cuello de ésta. No había motas de polvo en sus hombros, ni tampoco alguna mancha. Había sido tan cuidadoso con respecto a las manchas, que había comido con la camisa apoyada en el respaldo del sofá para no tener que usarla al momento de ingerir los alimentos.

Solo por las dudas.

Tomando una gran bocanada de aire tocó el timbre de la mansión que estaba frente a él, acomodando su flequillo hacia un costado mientras se dedicaba a esperar a que abriesen. La puerta se abrió casi a los cinco segundos, tan rápido que asustó al pelimorado. ¿Había llegado tarde y lo estaban esperando? Su reloj le había indicado que eran las 12:35 cuando lo vio antes de salir del auto. ¿Acaso eso era impuntual?

Un hombre pelinegro, de unos treinta años y rasgos asiáticos, abrió la puerta con una sonrisita que parecía un poco divertida.

―Estaba preguntándome cuanto tardarías en cerciorarte completamente de que tu cabeza estaba en su lugar ―comentó el hombre.

―Perdón, ¿qué? ―preguntó confundido el pelimorado.

El hombre frente a él soltó una risa.

―Que no estés tan nervioso, luces bien. Es solo una entrevista de trabajo por pura formalidad, realmente no necesitas muchos requisitos. Básicamente tienes el empleo. No te preocupes.

El de cabello morado suspiró aliviado.

―Oh, muchas gracias. Pensé que había llegado tarde o algo así.

―Mmm, sí lo has hecho ―dijo el de ojos castaños, invitándolo a pasar―. Cinco minutos tarde para ser exactos ―Lee Know lo miró un poco asustado―. ¡Joder! ¡Es una broma! ―rió― Está muy tenso, chico.

―Sí, lo sé, lo sé. Lo lamento.

―No te disculpes, me pones de los nervios ―dijo en buen modo― Espero que no conduzcas así de nervioso como actúas ―bromeó.

El de ojos avellana le agradeció los intentos de aligerar su nerviosismo.

―No, por suerte creo estar relajado en la carretera.

―Será lo mejor. Por cierto, me llamo Hyunjin. Tú eres Minho, ¿no?

―Prefiero ser llamado Lee Know. Un gusto... Hyunjin ―vaya nombre raro, pensó.

―Lo sé, es extraño. Se pronuncia Hyeonjin en Coreano. Soy de allí, como habrás notado... ―dijo apuntando a sus ojos rasgados.

―Creo haberlo sospechado ―dijo irónicamente Minho, sacándole una sonrisa al otro. Comenzaron a caminar por el pasillo, Hyunjin guiándolo―. ¿Trabajaré para ti? ―la verdad es que no le molestaría ser chófer de un tipo tan simpático, parecía ser de esas personas que sacan conversaciones agradables.

―Oh, no. Para mi cuñado ―se paró frente a una puerta―. Y él que tiene un nombre extraño.

El de hebras moradas asintió. El pelinegro comenzó a abrir dicha puerta lentamente, dándole a tiempo a Lee Know de acomodarse la camisa por novena vez. Hyunjin rodó los ojos ante eso, pero Minho no llegó a notarlo.

Cuando la puerta se abrió, quedó a la vista una pequeña sala de estar, que al parecer funcionaba más como biblioteca que otra cosa, esto por los varios estantes de libros alrededor del cuarto. Había dos sofás largos enfrentados el uno con el otro, divididos por una mesa ratona en donde habían apoyado tres tazas de té. A los costados dos sillones individuales, en uno de ellos reposado un periódico que Lee Know reconoció por haber sido en el cual había puesto el anuncio de servicio de chofer privado.

drive  ਏਓ   ;  chanho , ver. censurada  ꒰ ✓ ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora