La mente empieza a correr a media noche, las inseguridades divagaban por mi mente y los pensamientos se ahogan en el silencio rotundo de mi soledad. No se a que se debe esta melancolía, si a la oscuridad o la falta de tu presencia. Pero lentamente se convierte en rutina pensarte a estas horas, quererte olvidar y no poder, sentirte cerca mientras nos separan miles de problemas.
Querer(-te) y no poder.