'Estamos hechos de dos ideas contrastantes: El amor y el miedo.
Elige uno y vive'. W. Axl Rose
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Una leve brisa se había levantado y se escurría a través del cuello de mi pulóver besándome la nuca, eran las once de la noche y envuelta por el frío, lo más apresuradamente posible me dirigía con destino al bar, donde volvería a vestir mi uniforme de camarera para caminar por entre las mesas llevando los pedidos a los comensales, las bebidas alcohólicas y platos típicos como las hamburguesas, papas fritas y milanesas, comidas rápidas, eran las más solicitadas, capaces de tapar de maligno colesterol las arterias.
El bar estaba ubicado en un subsuelo, las luces de neón indicaban la bienvenida a esa guarida húmeda que por lo general era frecuentado por gente nocturna, subterránea, parejas o amantes dispuestos a concretar algo más o menos pecaminoso en una noche de lujuria, una fugaz escapada de fin de semana, por eso creía que el bar tenía el nombre adecuado: Babylonia, bien podría tratarse de una réplica de la bíblica ciudad.
Una vez un cliente me comentó que le recordaba a un cóctel de esos 'speak easy' que en español quiere decir 'hablar despacio' existente en New York, llamado The Back Room en Manhattan apostando a ese misterio, un local clandestino de los años '20 que había sido clausurado durante la ley seca, pero hecha la ley, hecha la trampa y utilizando una contraseña podías ingresar a ese selectivo club, nunca lo hubiese sabido porque jamás había puesto un pie fuera del país, siempre resultaba motivador romper las reglas.
Ya había conocido a muchas personas y concurrido a una variedad de lugares, amigos y romances efímeros, sin ninguna importancia, hasta entonces los hombres me parecían aburridos, comunes e inferiores, supongo que porque aún no sabía lo que era estar enamorada y era bastante conveniente no salirme de mi zona de comodidad, lo cierto es que yo prefería deambular sola y no buscaba un amor que me hiciera llorar.
Era muy independiente y deseaba mantener el control de mi mundo, vagar solitariamente por las calles sin sol, reuniéndonos en esos pubs donde cada fin de semana, nos cruzábamos con personajes distintos, protagonistas de mundos apartados, jugando a ser ajenos a esta dimensión ordinaria, adoraba verlos lucirse con su bella oscuridad, tan iguales a mí que podía identificarme sin hablar y al contrario de lo que las anteriores generaciones creerían, no pensábamos sólo en divertirnos, luchábamos para que nuestros ideales sobrevivieran, en medio de la vorágine de lo cotidiano.
No eran ambientes peligrosos, no más de lo que podría esperarse entre la multitud, en la ciudad subterránea se encontraba expuesto ante los ojos escrutadores, la podredumbre humana y desolación que se percibía en ebrios, vagabundos y amantes, llantos ocultos y estridentes risas cómplices, un escenario de la vida real, sólo que en la sociedad estas facetas se hallaban encubiertas, llevándome a meditar sobre la herrumbre y miseria humana, trabajar sin dormir, ni alimentarme correctamente, plantearme si realmente valía la pena tanto esfuerzo y agotamiento, sin permitir que la expresión de sus rostros, afectaran mi propia vida.
No me sentía un punto blanco en la oscuridad, pero nunca faltaban chicos que me ofrecían sus números telefónicos, aunque supieran que nunca los llamaría, no necesitaba meterme en problemas, algunos hacían regalos y decían frases halagadoras, mentiras fugaces, con tal de conseguir hacerme sentir especial, mientras no les creyera, era lindo ser el ángel del arbolito, al menos por única vez.
Babylonia no tenía tantos recovecos, pero si concurrían gran cantidad de personas cada noche para presenciar sus mini espectáculos, en la mayoría de las ocasiones eran bandas de Rock con extravagantes peinados y make up, eso me agradaba, sabía que allí no recibiría una paga considerable y ni sumándole las magras propinas colmaría mis expectativas, pero me sentía cómoda, nunca había sufrido humillaciones y tampoco nadie había querido sobrepasarse conmigo, por más que mis padres me advirtieran que no era demasiado apropiado que una mujer asistiera sola a ese lugar inmundo.
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X Girlfriend
RomanceLas leyendas dicen que los fantasmas regresan siempre, pero... ¿Por qué? Novela gótica urbana, ambientada a fines de los 90 en Buenos Aires, relata un extraño romance entre Eva, una camarera de los suburbios y Alan, un cantante de Rock clase B. Eva...