Adiós

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Decimo cuarta  y última carta:
Tengo varios días pensando en como debería de despedirte. Superarte no fue fácil me costó un año de mi vida; me costó llantos, enojos, estabilidad emocional, una relación y tener los pantalones bien puestos. Y para serte sincera en verdad había días en los que ni siquiera me quería levantar de la cama, todos los días te recordaba con mucho pesar pero, creo que siempre he hablado de lo mal que me sentía en esos días de antaño y nunca he contado a fondo cómo, ni de qué manera te conocí realmente tal vez de esa manera logré cerrar esta etapa.
Te escuché en boca de alguien muy cercano y por casualidad del destino te vi por primera vez a lo lejos en una fiesta, claramente en ese momento no me imaginé que ibas a ser pasajero y sobre todo que ibas llegar a ser tan importante en mi vida. Fue entonces que un día, un primero de Septiembre me tomé la libertad de mandarte un mensaje porque obviamente tu no sabías de mi existencia y sinceramente no pensé que me ibas a responder, pero, respondiste con el mejor de los mensajes . Después salimos un par de veces y me basto sólo una noche para descubrir que me causabas una sensación completamente nueva e inexplicable, y sumamente bonita creo que por eso me costo tanto asimilarlo tenia sentimientos encontrados. Y creo que hoy llegó la hora de cerrar este ciclo si algo aprendí contigo es que nada es para siempre y que todo puede cambiar de la noche a la mañana o en tan sólo un segundo. Mi amor hoy te dejo libre de mi tristeza, de mis llantos, de mis cartas, de mis noches de insomnio y de mi anhelo de que regreses algún día no fuiste mi amor y nunca lo serás, yo sólo estoy esperando una respuesta que claramente nunca voy a obtener.
Tuve el sueño más bonito y espiritual que jamás había tenido. Soñé que nos encontrábamos en un antro que era como un jardín y tenía una alberca, el fondo es bastante similar al que te alcance a contar unas semanas antes de que nos dejáramos de hablar pero, prosiguiendo simplemente soñé que hablábamos y por fin entendía que ya no estabas más, te ibas y yo estaba tranquila y feliz con ello.
Amor de mi vida no tienes idea de lo mucho que te quise. Ahora en verdad prometo no volverte a escribir.
¡Hasta siempre!

Atte. Vania

Carta a un Desconocido no tan Desconocido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora