❝𝙏𝙝𝙧𝙚𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩 ♔𝑫𝒚𝒍𝒎𝒂𝒔♔ ❞

Juntos Solos | Parte 1

La temporada de invierno ha pasado, dejando florecer la vida verde en todos los bosques y pueblos cercanos. La nieve se derritió y hermosas praderas relucen bajo el poder del sol. Las flores bailan contentas ante el soplo del aire y los animales salen de sus madrigueras a explorar lo que dejó la fría temporada. Algunos cachorros salen a ver un nuevo mundo, uno más colorido, hermoso y divertido. Sus cuidadores observan todos sus movimientos y están atentos ante algún mínimo ambiente de peligro.

Unas crías de conejos se divierten a unos metros de su madriguera, hasta que dos de sus hermanos mayores, los vigilantes, escuchan pisadas acercarse. Uno chilla inmediatamente, llamando la atención de todos, y todos, se quedan quietos, para seguidamente correr a salvo, dentro de la madriguera. El ambiente se transforma rápidamente en uno pesado y sombrío para los conejos.

Del bosque cercano, se oyen ramas crujir y arbustos moverse. Un aroma singular se impregna en las narices de dos conejos que observan desde el canto de la entrada de la madriguera, esperando ver si son depredadores o no. Escuchan gruñidos después de un leve chillar de un cachorro. Mueven sus largas orejas al reconocer los sonidos.

Un cachorro de lobo sale corriendo del bosque para revolcarse en la grama y las flores. De sus ojos resalta la emoción, acompañada de su lengua expuesta, que denotan perfectamente lo nuevo que todo es para él. Otro lobo, un poco más grande, sale persiguiendo al cachorro, pero mirando por todo el lugar, como si estuviera preocupado de que algo se les lance. Y finalmente sale uno más, mucho más grande que el anterior, quizá padre del cachorro. Él se encarga de mirar hacia el bosque con atención, moviendo sus peludas orejas buscando algún sonido que lo alerte. Al asegurarse de que no hay nada, vuelve la atención a los otros dos, y se acerca a ellos. El cachorro escapa divertido, de las fauces de su cuidador, y corre hacia los conejos que salieron a ver a la familia de lobos.

Ninguno de los blancos pequeños, a excepción de las crías, se asustan ante los juegos del cachorro, quien al estar cerca, se agalla, manteniendo las patas traseras elevadas, para ladrar un par de veces, y después tenderse al suelo con las patas arribas, sacando la lengua y mirando a los conejos, que salen poco a poco de sus guarida. Un lobo de pelaje blanco con el pecho y partes de la oreja rubio, se acerca rápidamente a ellos.

—Lamento el laberinto —dice agachando levemente las orejas—. Desde que terminó el invierno, ha estado muy inquieto.

—Cría de lobos, no es lo de menos —comenta un conejo más grande que los demás. Sus crías se acercan al cachorro, quien aún empuja las patas en el aire, revolcándose—. ¿Quiénes son ustedes? —pregunta. Los vigilantes observan atentos alrededor nuevamente.

—Venimos del norte —un lobo más grande, con pelaje castaño y sombras negras en el pecho y algunas partes de las orejas, responde y se acerca a ellos—. Vamos al sur, en busca de refugio.

El conejo líder lo mira atento, inspeccionando los ojos mieles de aquel lobo. —Fuiste expulsado de tu manada —afirma. Como espera, no ve ninguna sorpresa en aquel lobo después de su comentario.

—Fui desterrado —al observarlo con atención, sabe que hay más información detrás de lo que dijo. Respeta las razones de su silencio. Y está bien, menos peligro para su familia.

—Comprendo —mira al cachorro correr junto a las crías y algunos mayores—. Y por tu tamaño, puedo afirmar que eres hijo de un alfa líder.

—Así es.

—¡Steph, no seas brusco! —grita el lobo blanco, acercándose a los juguetones.

—Tu cachorro... por sus venas corre la sangre del antiguo alfa del este; el gran Deucalion.