Joyas | Kaito Kuroba.

19 - Diamante.

"¿Cuándo me darás una respuesta?

Kaito Kid. "

—¡No quiero dar ninguna respuesta!

—¡Ah! —exclamó Ran, con atípico fastidio. —¡Debes elegir uno o rechazarlos a ambos! —y la karateca trataba de jalar a su amiga en dirección a cierto evento de Beika.

—Voy a huir de Japón... Voy a vender todas las joyas que ese ladrón me ha dado y ¡Nunca me enamoraré de dos chicos!

Pero, gracias a la fuerza de Ran, llegaron al lugar donde el ladrón robaría su próxima joya.

"¡No,no,no! ¡Aún no tengo idea de quién me gusta más! "

Cuando Ran se descuidó, la fémina había huido.

"Quiero tomar aire..." suspiraba.

Subió a la cima del edificio, en medio de la noche y inhaló el frío aire.

"Que complicado. " pensó confundida.

Sintió un ligero viendo a su espalda.

"Un momento... ¿No son las cimas de los edificios donde usualmente arriba Kid? "

"¡Demonios! ¡Debo irme antes de...!"

En el momento que se giró, el ladrón ya estaba ahí. De blanco, elegante y como siempre, el sombrero le cubría el rostro.

—¡Pero mira! —habló elegante. —¡Te estaba buscando!

"¡AAAAH! " gritaba para sus interiores.

—Eh... ¡Tengo que irme! —indicó apresurando su caminar.

—¿De verdad? Que lastima, quería hablar contigo un momento. ¿No le darás unos minutos al chico que te ha profesado su amor estas últimas semanas? —se aproximó a ella y tomó su mano.

—Ah... sí. —aceptó ruborizada.

El joven de blanco, alzó su mano y se quitó el sombrero, sonriendo con sinceridad, ahí estaba ese rostro que tanto la había fastidiado.

"Oh..."

—¿Qué te parece? —dijo usando un tono más juguetón.

La chica abrió la boca de tal sorpresa.

—¿Eh...? ¡¿Eh?!

Antes de que ella pudiera decir algo coherente, se escucharon pasos subiendo apresurados.

—Parece que nuestro tiempo se ha acabo... —se arrodilló y beso suavemente su mano. —¡Nos vemos luego! —corrió y se lanzó sonriente al vacío.