El amor a la antigua

181 13 2
                                    

*Responde la llamada 

_¿¡BUENO!?_ Dice don Oscar.

_Bueno, don Oscar ¿Qué pasó? ¿Hay algún problema con el SAT?_ Responde el Mariana extrañado.

_¿¡BUENO!?_Repite don Oscar.

_Sabe qué don Oscar, creo que mejor iré, porque si no esto será eterno_ Contesta el Mariana un poco cansado.

Bueno, solo espero que no haya pedos con el SAT, porque si no ya valió madres todo.

_Ari y Juan, discúlpenme, pero me acaba de hablar don Oscar, y no me dice que quiere, ya ven que está viejito y se le va la onda._ Dice el Mariana a modo de despedida.

_Ay, apenas voy llegando, pero ni modo, espero no sea nada malo._ Le contesta Ari algo decepcionada.

_Dale amigo, cuando quieras venir eres bienvenido._ dice Juan con una sonrisa en la cara.

En cuanto pueda cambiaré de contador, este viejito solo me trae problemas.

*Llegando a su casa.

_¿Qué pasó don Oscar?_ dice el Mariana.

_Ven mijo, siéntate aquí._ Exclama don Oscar mientras señala una silla al lado de él._ Así está el pedo mijo, la verdad este mes no hay para pagar a los editores, pero si quieres yo te puedo prestar algo de dinero a cambio de unos favores_

_Pe-pero que favores o qué?_ balbucea el Mariana.

_Pues no sé, usa tú imaginación._ Responde don Oscar con voz ronca.

En ese momento sentí algo moverse dentro de mis pantalones. Creo que don Oscar me estaba insinuando cosas indebidas, y por alguna razón yo sentía algún tipo de atracción hacia ese viejito. Para ser sincero, tiempo atrás ya sentía algo por él, no sé, el verlo así todo viejo e imponente me hace soñar cosas que no debería.

_Mira mijo, yo te puedo arreglar todo lo que quieras, siempre y cuando tú cumplas tu parte._ Dice don Oscar mientras comienza a acariciar la rodilla de el Mariana y lentamente subir hasta su entrepierna. _Entonces, ¿Qué dices?

_Don Oscar, pero usted es mucho mayor que yo. Aparte yo no podría._Responde con voz dudosa.

_Ya basta de juegos._ Azota a la pared al Mariana*._ Tú vas a ser mío, quieras o no, ¿Sabes porqué? , Porque eres mi perrita._ susurra don Oscar al oído.

Mientas comenzaba a besar a don Oscar sentía como algo se movía allá abajo, algo muy grande. Cuando de la nada me azota contra la cama y me comienza de quitar prenda por prenda mientras besa cada parte de mi cuerpo. Cuando por fin estaba dentro de mí en sonido de mi cuerpo chocando contra el suyo era como música para mis oídos, y sí lo combinamos con las nalgadas que ocasionalmente recibía de su parte, se podría decir que el solo recordarlo me hace relajarme.

_¿Ya terminó don Oscar?_ Dice el Mariana con un tono de voz algo cansado. 

_Ya mierda, no te quiero volver a ver hoy._ contesta don Oscar algo enojado. 

No sé que habré hecho mal para que don Oscar se enoje, pero me conformo con saber que esta tarde él y Juan por fin fueron míos. Solo espero que Aldo no se entere nunca de esto, porque si lo hace estaré en graves problemas. 

Amo mucho a Aldo, pero a veces siento que nuestra relación es algo aburrida. Espero él no piense lo mismo, porque aunque yo tenga otras aventuras a quien amo es a él.  Creo que le llamaré. 

*En llamada con Aldo

_Hola bebé._ Dice el Mariana con voz ronca.

_Hola bebé, ¿Cómo te fue hoy en la casa de Juan?. 

_Pues bien, vimos unas películas y ya luego me vine para la casa porque hubo unos pedos ahí con el contador. 

_Ya te dije que cambies de contador, don Oscar nunca me ha caído bien, es un viejillo medio raro.

_Sí, pero ha sido el contador de la familia por años. 

_Ay, bueno. ¿Vamos a salir la próxima semana? 

_Aldo, tenemos que hablar..._ Dice el Mariana algo serio. 


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 31, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A escondidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora