Cap. 2

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Vale, tenía que haberme despertado antes. Era el primer día y ya andaba con prisas, ¿Por qué? Porque yo —la que siempre se queda dormida más tiempo del planeado — me había vuelto a dormir.

Ya había desayunado y me había lavado los dientes, pero la ropa era otro tema. ¡¿Por qué narices era tan difícil decidir que ponerme?!

Me puse una sudadera blanca con unos jeans negros y unas converse negras. Sí, era la típica chica que amaba los colores neutros. Después de haber estado vistiendo toda la infancia de rojo... Mis padres decían que el rojo me daba un aspecto dominante pero, ¿Dominante? ¿El que? Si solo tenía doce años.

Salí de mi casa con bastante prisa. Pero... Choqué con algo y retrocedí dos pasos. Ese algo o mejor dicho alguien... Empezó a reírse. Se reía de mi.

—¡¿De que coño vas?!—dije alterada y dejó de reírse de mi — ¡¿Por qué coño estás en la puerta de mi casa riéndote de mi?!

—Frena.—dijo Alex con total tranquilidad— Solo pensaba que preferirías que alguien te acompañará a clase pero creo que prefieres ir sola.

—¡¿Y por qué has pensado eso?!

—No sé.

No tenía sentido. Yo parecía una bomba a punto de explotar y el parecía estar en una situación de lo más relajante, ¿Es que él no tenía clases?

—Si vas a acompañarme a clases, aparta y sino también.

—Estas estresada. ¿Cuando empiezan tus clases?

—¡¿Que te importa?! ¡Tengo prisa y ya esta! ¡Te conocí ayer, no te comportes como si te conociera desde hace cinco siglos!

Estaba sorprendido. Era mi momento de huir. Pase por su lado empujándolo con fuerza pero no la suficiente como para hacerle daño y me fui.

Nada más salir del portal me puse los cascos con música alta y me subí la capucha. Y empezé a andar rápido sin saber muy bien porque, ¿o sí lo sabía? Al recordar el motivo empezé a andar aún más rápido. Escuchaba pasos a mi espalda y supuse que sería Alex, por lo que me di la vuelta. Y efectivamente era el. Como frené tan repentinamente que se chocócontra mí y dio un paso atrás como reacción.

Empecé a reírme de el. Era realmente graciosa su cara de confusión.

—¿Te estás riendo de mí?

—¿Yo? Por dios. — le dije con pausas por la risa— ¿Como puedes pensar eso de mi?

—Pues has estado gritándome hace po...

No le dejé terminar y seguí avanzando, haciéndome la víctima.

—Nadie entiende mis ironías. — le dije llevándome una mano al corazón para dar más drama a la escena. — No sé cómo puedo vivir así.

—E-eh...

—No. — seguí hablándole como si estuviera a punto de romper en llanto. — No me digas más. No quiero tus excusas.

—P-pe-pero y-yo no quería...

—He dicho que no quiero tus excusas, Señoritotodoelmundomeconoce.

Me miró con una cara con aún más confusión cuando lo empuje por los hombros y me empezé a reír, ¿se había creído enserio que yo estaba enfadada? Era muy inocente.

Seguí andando hacia clases con Alex a mi lado y de me ocurrió sacar conversación. No era muy buena en eso pero podía intentarlo.

—¿A que curso se supone que vas? Si es que vas a clases, claro.

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