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—¿Entonces, Aidan?— le pregunto su amigo Blake; estaban en un café al que le gustaba ir al azabache por la privacidad mientras hacia un poco de tarea. —¿Vas con nosotros a la playa o no?— le pregunto insistente. Era verano, así que tenían vacaciones y habían encontrado una playa hermosa a donde querían ir. Llevaban varios días tratando de convencer al chico de ojos verdes, pero él se negaba pensando que, probablemente, haya mucha gente y no disfrutaría del lugar.

—Ya te dije que no— contesto —, habrá mucha gente, y así ¿para qué quiero ir? No podré disfrutar de mi tiempo libre, ni el clima ni la vista, así que no— respondio decidido

En ese momento a Blake le vino a la mente alto que no él no sabía. —Nadie conoce la playa, en Google ni siquiera decía el nombre de la playa, pero a puesto a que los recidentes cercanos si.— argumento de manera lógica —Entonces, ¿quieres ir? Si hay mucha gente te puedes ir de inmediato, ¿ok?— condicionó para que fuera.

Aidan lo pensó rápido, no era mala idea, ¿qué tan malo podría ser? —Ok, voy— acepto provocando que el latino célebre —, díganme a qué hora y cuándo nos vamos, para decirle a mis padres y que no se preocupen— pidió tomando sus cosas para poder irse

—Te mando mensaje, ¿si?— dijo a lo que el otro asintio y se despidió para irse a su casa dejando al Talabis solo en la cafeteria. Se sentía orgulloso por haber conseguido que Aidan salga de su casa por un tiempo.

Aidan no se sentía del todo seguro con lo que había hecho, pues eran escasos los lugares donde pudiera estar tranquilo y sin necesidad de algún guardaespaldas.

[...]

El cast completo estaba bajando las maletas de la camioneta, no había gente. Frente a la hermosa playa divisaron una linda casa de dos pisos y suficientes habitaciones para que cada uno tenga la suya. Claro que nunca tuvieron en cuenta los baños, hasta que se escucharon los quejidos por parte del resto, excepto del de ojos verdes, pues su habitación tenía un lindo baño con azulejo blanco junto a toques plata, haciéndola ver elegante. Después de darse cuenta que la mayoría tendrá que compartir baño, fueron a explorar el resto de la casa.

Había una especie de terraza en el primer piso que daba una hermosa vista al mar, donde había ventanas que iban directo a la cocina y un poco más a lado estaba el comedor donde había puertas corredizas sin cortinas para contemplar la vista y que entrara suficiente luz durante el día. Si lo planeaban bien, podían sacar el comedor y las sillas para comer afuera.

En lo que exploraron la casa, Aidan se dio cuenta que los grandes ventanales y puertas están pesadas sabiendo que era para prevenir los huracanes y que se destruya la casa, pues los vidrios estaban polarizados.

Finalmente, todos desempacaron sus maletas e instalaron para quedarse algunos días, tal vez una semana o dos, pues ninguno iba a tener trabajo durante un tiempo y querían aprovecharlo. Cuando cenaron algo rico proporcionado por Aidan, fueron a dormir. Ahora se daba cuenta de que no fue tan mala idea haber aceptado el ir, aún que lo hizo de mala gana, pero al final valió la pena, pues se daba cuenta de que Blake tenía razón, no había más gente mas que ellos, así que estaban felices todos. Al final podrían disfrutar de unas lindas vacaciones en una hermosa playa que, a pesar de que no sabían su nombre, estaban seguros de que volverían a ir en un futuro no muy lejano.

[...]

Todos estaban despiertos y algunos ya se habían hecho su desayuno para empezar a disfrutar del lugar en donde estaban. Mientras que otros esperaban a que alguien se los hiciera como si estuvieran en su casa, pero no fue así. Al final, tratando de hacerse su desayuno, hicieron un desastre que tuvieron que limpiar ellos mismos. Cuando por fin terminaron de limpiar todos fueron a sus habitaciones para alistarse y entrar al agua. Traían lo típico, las chicas sus bikinis para broncearse y los chicos sus shorts, o trajes de baño, mientras Aidan se colocaba una camisa de polímero para poder surfear. Al ver más inmensas olas que el mar soltaba se emocionó y se preparo para montar algunas, emocionando a los que solo estaban en las orillas jugando y nadando. ¿Los demás surfeaban? No. Quisieron intentarlo, pero no pudieron, las olas eran demasiado para unos novatos como ellos.

—¿Dónde aprendiste a surfear así?— le pregunto Dante viendo a Aidan sentado en el desnivel mientras comía una manzana con lentes puestos

—En California, hay buenas olas— contesto simple —, deverian aprender, es divertido— añadió

—Yo siempre quise aprender, pero al mismo tiempo no quería, ¿por qué crees que sea?— comento Cameron

—Es que depende de cuánto te guste el agua y también del equilibrio aún estando en movimiento— informo —, junto a la fuerza que aplicas para no caerte y también para hacer algunas maniobras— agrego viendo como asentía el rubio.

Después de estar admirando la vista, el cantante decidió ir por la cámara que tenía en la habitación de su casa, tomándole unas fotos para no olvidar el hermoso lugar que era. Luego decidieron tomarse fotos todos juntos para subirlas a sus perfiles de Instagram, Twitter y, si tenían, Facebook, aún que también se las mandarían a sus familias. Era algo muy lindo y digno de recordar por mucho tiempo.

Todo estaba tranquilo, hasta que Aidan vio una extraña figura saltar de agua, que no se notaba mucho gracias al ocaso. Tenía una cola de pez, pero al mismo tiempo brazos y cabello largo como humano. Él pudo notarlo porque había quedado en la foto que tomo hacia el sol uniéndose con el mar para darle paso a la noche. Algo raro, pero al mismo tiempo fue, en parte, oportuno pues le dio un mejor toque a la foto. Cuando creyó estar alucinando decidió ir a preparar algo para que todos cenaran y después poder dormir, pero nadie se dio cuenta que alguien los vigilaba. Era la misma figura de la foto de Aidan, solo que está se ocultaba por completo, dejando ver solo sus ojos esmeralda y cabello violeta, mientras se trataba de esconder por completo detrás de una roca para que nadie la viera.

La visita del ser misterioso fue interrumpida por otra figura igual a esa, pero este era un hombre, tenía los ojos azules como el lapizlazuli y el cabello negro con mechones morados. —Tenemos que irnos, nuestro padre se molestará si se entera que estabas espiando extranjeros— le susurró cerca del oído. Ella solo lo miro de reojo y se sumergieron en el agua para irse. Sin duda, esas vacaciones podrían no ser tan normales como los adolescentes esperaban.

¿Qué podría salir mal? Muchas cosas. Las reglas de la supervivencia aplican en todo sentido: espera lo inesperado, si algo sale mal no te frustres ni desesperes, analiza tus opciones y continua.

 Las reglas de la supervivencia aplican en todo sentido: espera lo inesperado, si algo sale mal no te frustres ni desesperes, analiza tus opciones y continua

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