𝗣𝗔𝗥𝗔𝗦𝗢𝗠𝗡𝗜𝗔 ;; 𝘯𝘰𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬

➜ 𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

¿Qué es lo que le pasa a Lee Jeno? ¿cree que puede andarse por ahí, acostandose conmigo, siendo perfecto, declarándose, y ahora besándome sin pretender que me afecta en nada?

Oh Dios, él y yo nunca nos habíamos besado, ni siquiera antes, éste es mi primer beso con un hombre, mi primer beso con Jeno, mi primer beso de verdad, éste es el mejor. Que barbaridad.

No sé exactamente como se supone que las cosas marchen después de esto, no sé qué se supone que seremos Jeno y yo después de ésto, no sé nada, absolutamente nada, excepto que esto sigue gustandome demasiado, tal como la primera vez.

No estoy seguro de si fue por mis nervios, pero Jeno se separó de mi, cortando el beso, que había sido tranquilo, nada parecido a algo que haya hecho antes, incluso no me parecía que haya venido de Jeno. Pero lo era, era de Jeno, y eso es increíble.

-Todo hubiera sido más sencillo si lo hubieras dicho... -No sé qué decir, ahora mismos estoy sintiendo mucha vergüenza, pero no me siento mal, no se siente como hace un momento cuando estaba tan atrapado en mis ideas. Pero... Es que esto es tan nuevo, tan genial. Debo dejar de enredarme tanto en mis pensamientos si quiero seguir sintiéndome de esta manera.

Jeno entrecerro sus ojos y sonrió levemente ante mis palabras.

-Nada es sencillo contigo, Lee. Lo digo con seis años de experiencia respaldandome.

-¡Pues sí! pero esto es... -Jeno me interrumpio juntando de nueva cuenta nuestros labios. El nuevo beso era diferente, dejando de lado toda la calma del día anterior. Aferré mis manos a su camiseta cuando sentí de imprevisto su lengua tocando mi labio. Giré el rostro cortando el beso que no quería ceder. -¡No me interrumpas cuando hablo!

-Ibas a empezar a gritar... - Jeno recargo las palmas de su mano sobre la pared, dejándome ahora acorralado entre ésta y su cuerpo. -Y te ves mejor calladito.

-Te estás pasando, sé más respetuoso conmigo... - Jeno rió con fuerza en mi cuello, ni siquiera supe en qué momento había metido su rostro ahí, pero las exhalaciones que comenzó a dibujar sobre mi piel me advirtieron de su cercanía.

-Suelo perder el respeto en ciertas ocasiones, en ciertas circunstancias... con ciertas personas. -Jeno besó mi cuello, fundiendo el calor que ahí se encontraba con el suyo mismo.

Intenté con todas mis fuerzas no temblar, no demostrar que cada beso que dejaba sobre mi piel se mantenía ardiendo como si fuese una quemadura. Pero todo se volvió más difícil su lengua intervino, cuando después de dejar sus castos besos lo probaba con la cálida punta de su lengua como si desconociera el efecto tan fuerte que en mi causaba.

-¡No, no, no, no, ahí ya no, Jeno!...- Encogí mis hombros intentando apartar a Jeno de mi, cuando sentí sus besos en mi clavícula. Sentí un extraño apretón de placer en mi interior cuando ejerció fuerza en mi contra y me mantuvo quieto contra la pared, ignorando mis quejas, continuando con lo suyo. Su cuerpo pegado, oh tan cerca. Que difícil ser yo teniendo a Jeno restregándose contra mi.