Al día siguiente, por la tarde, Hoseok regresó a casa de Jungkook con un nuevo libro enviado por el peliazul. Y el panorama que pudo observar desde el otro lado de la calle, antes de cruzar, le revolvió el estómago por completo; un par de hombres con uniformes azul cielo estaban subiendo todos los muebles a un camión de mudanza.
Esto no era para nada bueno...
Cruzó la calle y entró corriendo a la casa.
—¡Jungkook! ¿Qué es todo esto? —cada gesto suyo exigía desesperadamente una explicación al castañito, que cargaba algunas de sus cosas embaladas entre sus brazos.
Le vio dejar las cajas en el suelo, con una expresión en el rostro que no supo descifrar. Culpa, tristeza y temor parecían mezclarse en sus facciones.
—Ah, hyung... Hola. —bajó la vista sobando sus brazos. —Uh... estamos enviando los muebles a Busan. Regresaremos mañana. —murmuró con la mirada clavada en el suelo.
—¿Y es todo? ¿No vas a hacer nada? —por primera vez el alegre Hoseok se mostraba molesto.
—Pero... ¿y qué puedo hacer? No tengo opción...
—No tienes opción... —el pelirrojo miró alrededor sonriendo, aunque sus ojos siguieran reflejando enojo y decepción. —... Yoongi es una celebridad. —habló de repente. —Tiene una carrera, fama, una familia adinerada y con gran reputación. —lo miró. —Tiene mucho que perder, y aun así, lo está arriesgando todo por ti. ¿Y dices que tú no tienes opción? ¡Jungkook, reacciona! —le tomó por los hombros. —¡Él está haciendo todo por estar contigo! ¿No es tu turno de luchar también?
Jungkook ni siquiera supo en qué momento había empezado a llorar. Había tanta razón en aquellas palabras, que su corazón dolía aún más.
—Hyung, no puedo dejar a mi padre... Él quiere-
—¡Deja de pensar en lo que quiere tu padre! ¿Qué es lo que tú quieres, Jungkook? ¿Qué es lo que tu corazón desea?
Los labios del más pequeño temblaron vacilantes antes de separarse para hablar, pero apenas lo hicieron, el señor Jeon llegó junto a ellos.
—Jungkook, estoy de regreso. ¿Oh? ¿Un amigo vino a despedirse de ti?
—S-sí... —murmuró el menor, volviendo la vista a Hoseok. —... Te voy a extrañar, hyung. —sonrió con tristeza, dándole un suave abrazo.
—... ¿Entonces esta es tu respuesta? —susurró él, apretando la mandíbula con impotencia. El castaño se quedó en silencio por un momento.
—Te extrañaré. —repitió. —A ti y a los demás. —un par de lagrimitas mojaron el suéter del mayor. —Pero gracias por todo. No los olvidaré. —se separó riendo un poco y secando sus mejillas.
—Puedes visitarnos en Busan alguna vez. —el señor Jeon le sonrió levemente. —Y Jungkook, no llores. Te compraré un teléfono nuevo para que se mantengan en contacto, ¿sí?
—Gracias padre. Ah, casi lo olvido. —miró al pelirrojo. —Tengo algo que entregarte.
—Y yo. —murmuró Hoseok, soltando un suspiro y rebuscando en su mochila para sacar el libro envuelto en papel de regalo.
Jungkook fue rápidamente a su habitación y regresó a la sala con un sobre.
—Es una... carta de agradecimiento para los demás. —mintió, pero el bailarín comprendió que se trataba de una carta para Yoongi, pues el nombre del peliazul figuraba con letra pequeña en la parte de atrás.
—Me aseguraré de que la lean. —prometió guardándola en su mochila luego de darle el regalo, que el menor agradeció con una leve reverencia. —Ahora debo irme. Ya va a empezar a oscurecer. —intentó sonreír, aunque no podía quitarse el sabor amargo de la boca.
Se despidió, y se marchó camino a la estación. Tenía una carta que entregar.
—Qué amable de su parte darte un regalo de despedida. —comentó el hombre cerrando un par de cajas con cinta de embalar.
—Sí... —Jungkook observó el presente entre sus manos. —Uh... ¿te fue bien... en el trabajo?
—Así es. Aceptaron mi renuncia y me pagaron lo que correspondía a este mes.
—Me alegro...
No había vuelta atrás, ¿verdad?
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Chico tímido || 윤국
FanfictionMin Yoongi siempre lo había tenido todo. Dinero, chicas, y cualquier cosa que se le antojara. Y estaba acostumbrado a ganar siempre y salirse con la suya. Tal vez por eso la llegada del tímido Jeon Jungkook le causó tanta intriga. Aquel chico no hab...