0.0|| Cometita

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Acostada en mi cama viendo las estrellas verdes que brillan en mi techo, escucho en mi ventana unos golpes.

Alzo la cabeza para ver el reloj de mi buró que marca las dos de la madrugada. Con una mueca quito las sábanas que me daban calor y enciendo la lámpara de noche para después levantarme y abrir la cortina de golpe.

Doy un brinco atrás al verlo pegado al vidrio haciendo una cara horripilante, él ríe por mí reacción y yo niego con la cabeza.

Payton hace una señal de que le abra y yo vuelvo a negar, me mira con indignación y luego hace un puchero provocando en mi una mueca de asco. Él vuelve a pedir que abra y yo soltando una risa lo hago.

— Buenas noches —saluda brincando la ventana para entrar.

— Días en unas horas

Una vez que está adentro me mira neutro y luego se voltea a la ventana, viendo al cielo.

— Yo sigo viendo ahí la luna —señaló con su dedo— significa que es de noche aún

— ¿Alguna vez no has visto la luna en pleno día? —me crucé de brazos.

— Mmmmm si —asiente sonriente— pero se ve que es de día, no está oscuro

Sin decir nada, camina a mi buró y apaga la lámpara.

— Mucho mejor —sonríe.

— Payton...

Al escuchar su nombre, tuerce los ojos y se deja caer sobre la cama.

— Me gustan estas estrellas -admite sonriente.

— ¿Quieres ver unas mejores? —pregunto y al momento me mira— vamos...

Camino a mi closet y saco una sudadera cafe, me la pongo y camino a la puerta.

— Trata de no hacer ruido —digo y abrí la puerta.

A pasos lentos y cautelosos salgo del cuarto y camino a la cocina. No pasa mucho tiempo cuando escucho los pasos torpes de Payton.

Caminamos hasta el perchero donde están las llaves del auto, las tomé y después lo tomo a él de la mano para caminar a la puerta.

Aún con más cuidado, abrimos la puerta y le susurro al oído que suba al auto y me espere, él asiente y sale de la casa, yo doy media vuelta y veo a mi mamá echada en el sofá, esquivo las botellas en el piso y la mesa medio vacías y le quito la que tiene en la mano, me estiro por la cobija y la tapo dejando un beso en su frente.

Apago el televisor y a rapidez vuelvo a salir.

Corro al auto y entro del lado del piloto, me acomodo en el asiento y enciendo el motor, me pongo el cinturón y arranco lo más silencioso posible.

Después de unas tres cuadras, Payton enciende la radio y pone su estación favorita.

— Uuuh, adoro esta canción... -subiendo el volumen a la radio.

— Tu adoras todas -burló y el asiente al ritmo de la música.

Here's the thing... we started out friends  —cantó— it was cool, but it was all prete-hend —en voz graciosa mueve las manos como una señora mandona—... since you been gone  —canta con drama.

Yo niego con la cabeza y sigo manejando.

[...]

Me acuesto sobre el pasto dejando salir un suspiro y veo a Payton quien sigue con la boca abierta y sus ojos brillantes.

- ¿Estoy muerto? -pregunta en un murmuro fascinado.

— Agraciada o desgraciadamente... no —digo y él me da una mala cara que pronto se esfuma y se deja caer a mi lado.

Él usa sus manos para usarlas como almohada tras su cabeza aún mirando al cielo.

— Nunca había venido de noche —admite.

— Pues... ya lo hiciste —sonrío para mí misma.

Las estrellas brillantes dibujan el cielo oscuro con glamur, la luna grande y brillante como una perla, los crujidos de las ramas de los árboles y los grillos cantando en conjunto y algunos pajarillos junto con las ardillas brincando de rama en rama.

— ¡Hey...! -llama golpeando mi brazo- ¡Mira! —señala con su dedo— esa es mi estrella, es Regulus —dice con cierta emoción.

— ¿Por qué tuya? —río.

— Porque es la estrella más brillante de la constelación Leo —explica rápido.

— Yo también soy Leo —indigno.

— Si si, pero tu no sabías —restando importancia— ¡Mira! —chilla con más emoción apuntando con su dedo—...esa es Pólux y-y ahí al lado está Castor

Yo asiento tratando de ver lo que él ve, pero todas las estrellas me parecen iguales.

— ¿Lo ves? —me mira.

Yo asiento lentamente y lo miró quien tiene una cara seria, niego con la cabeza y él sonríe, me toma de la mano y me jala.

Abre las piernas y me sienta entre ellas, pega su pecho en mi espalda y pone su cabeza al lado de la mía, me toma de la mano y hace que mi dedo índice apunte, él la mueve de tal manera en la que apunta a una estrella.

— ¿Ahora lo ves? —pregunta con calma— busca la diferencia de brillo, es muy notable

Sonrío con emoción al verlo y él parece notarlo porque ríe.

— Y... —mueve nuestras manos un poco— esa es Castor —yo asiento y él dibuja con mi dedo— esa es la constelación de géminis

Suelta mi mano y yo la dejo caer lentamente. No puedo dejar de dibujar mentalmente la constelación una y otra vez, tanto que ya no hace falta querer dibujarla porque la veo con toda claridad.

Siento su respiración en el odio, cada vez más tranquila y en una inhalada, supe que estaba oliendo mi cabello con discreción.

Yo sonrío sabiendo que no puede verme y dejo caer mi cabeza en su cuello, su respiración se corta y sus brazos me envuelven con nerviosismo lentamente haciéndome sentir cosquillas en el estómago y las manos, suelta el aire con alivio y yo sin darme cuenta sigo sonriendo.

Mis ojos que estaban perdidos por las estrellas, de repente se para en una... una estrella fugaz.

En inercia me siento para verla mejor.

— ¿Qué sucede? —pregunta él.

— Allá... —murmuro señalando a lo lejos.

Siento el calor de su cuerpo sabiendo que también se sentó igual que yo.

— Eso es un cometa... —dice— ¿no habías visto uno?

Yo niego aún viendo arriba.

— Bueno, Claire... te presento un cometa, cometa... ella es Claire —sonriente— lo llamaré Cometa Claire y a ti... —me miró— cometita

Quiero dejar de sonreír, pero ya es demasiado tarde, ya me vio.




Astronomy® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora