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Intro larga.

Lenguaje explícito/mención de drogas.



Autora POV.



Entre los callejones perdidos de la ciudad, el sonido de la música electrónica se mezclaba con los gritos eufóricos de la gente; las luces rojas y blancas parpadeaban al ritmo de la música, provocando subidones de adrenalina en el cuerpo de las personas más ebrias.

Todo el callejón había sido remodelado con barriles viejos, cajas de madera e incluso barreras de metal arrinconadas en las esquinas formando un rectángulo mal hecho, dejando el centro de la pista imaginaria completamente vacío.

El humo de los cigarros invadía el aire junto con el fuerte olor del alcohol y la sangre.

—¡Vamos señores y señoras, estas apuestas no van a subir por si solas! 

Una masa de treinta personas aproximadamente se formó alrededor del hombre que gestionaba las apuestas. Su ropa deportiva y ajustada dejaba ver ciertas zonas de su físico para nada entrenado, las cadenas de oro y plata colgaban de su cuello tentando a los presentes con cada destello que reflectaban de las luces y el puro en su boca desprendía un olor tan desagradable como su mirada babeante fijada en el dinero.

Al mismo tiempo, dos hombres vestidos de negro que ocultaban su rostro tras una máscara arrastraron el cuerpo de uno de los luchadores del "ring" por lo profundo del callejón.

—¡Eh, tú! —el corredor de apuestas señaló a un joven que estaba vomitando debido a la sobredosis de heroína.— Puto drogadicto.

Con un simple chasquido, otros dos de sus guardaespaldas comenzaron a golpear al joven con sus puños y zapatos. Una vez inconsciente y quién sabe si vivo, lo arrastraron por el mismo callejón que habían llevado al luchador.

El corredor de apuestas negó con la cabeza mientras volvía a poner su atención al fajo de billetes que tenía en sus manos y sonrió. Caminó por uno de los callejones a la vez que silbaba y cuando sus ojos se fijaron en otro de sus peones del juego tiró el puro al suelo tan solo para encenderse otro.

—Vamos niño, es tu turno.

Wei WuXian podía oler el repugnante olor de la putrefacción que desprendía su jefe a pesar de mantener las distancias. Estaba sentado en una de las viejas cajas de madera, apoyando uno de sus pies sobre esta mientras que el otro apenas tocaba el suelo.

Sin dirigirle la mirada, terminó de vendarse los nudillos y caminó hacia el hombre hasta quedarse a dos metros de distancia.

—Esta noche voy a hacer mucho dinero niñato... —caminó hacia su peón inhalando gran cantidad del puro.— Así que no la cagues o ya no te hará falta tener que pagar tu absurda deuda.

Con una voz ronca y asquerosa, exhaló el humo a escasos centímetros de la cara del menor.

Sin embargo, Wei WuXian no reaccionó a sus provocaciones.

"Aburrida" pensó sobre la expresión sin vida del joven.

—Aunque si no te llevo por el corredor de la muerte, deberás pagarme por haberte salvado la vida... —se dio la vuelta y caminó de regreso hacia el ring.— Oh, chico, las deudas se te van a acumular.

Su risa fue opacándose con el ruido de los altavoces cada vez que se acercaban más al cuadrilátero.

El "corredor de la muerte" era el callejón donde arrastraban a los boxeadores caídos y la única forma de salir con vida era por tu propia cuenta, pero el estado de aquellas personas era tan grave que simplemente se descomponían al lado de cubos de basura infestados de ratas hambrientas.

Presa del placer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora