Autora POV.
Una vez dentro del edificio de empresas Gusu Lan, Wei WuXian mantuvo toda la distancia posible entre él y el hombre que le guiaba por los pasillos silenciosos.
No era nada raro que los despachos estuvieran completamente vacíos y que no hubiera ningún empleado trabajando a esas horas de la noche, pues la última vez que el menor recordaba haber mirado la hora en el reloj de la comisaría, las agujas marcaban las dos de la madrugada pasadas.
Cualquier persona con una vida normal y un trabajo decente estaría durmiendo en su casa.
"Normal."
"Decente."Wei WuXian se rió sarcásticamente en silencio de sus pensamientos.
El simple hecho de pensar que él podría...
—Siéntate.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar la voz.
Grave y autoritaria.
El boxeador estaba más que acostumbrado a recibir órdenes por parte de todos.
Cuando entró por primera vez al mundo de las peleas ilegales no era nadie, provocando que la mayoría de entrenadores y sus peones abusaran de su "rango" para aprovecharse de él.
Recordaba el tono de cada palabra, de cada encargo... Cada frase pronunciada con arrogancia, superioridad y siempre escupida con el mismo desprecio."Hablemos." "Siéntante." "No tienes elección."
Todas ellas eran palabras ásperas, desagradables para cualquier oído que las hubiera estado escuchando durante años.
Sin embargo, cada "orden" emitida por el cambiante sonaba tan diferente a las otras...
Sin duda, su voz era más profunda y demandante que la de cualquier otro ser humano pero había algo en ella que era distinto.Quizás era la manera de pronunciar cada palabra lenta y pausadamente.
Quizás, era la forma en la que acompañaba su voz con un mínimo movimiento felino.
O quizás era el leve ronroneo que se escuchaba al final de cada palabra...Pero sin duda, era la mirada.
Aquél hombre podía pronunciar cualquier frase de la forma más cruel y fría posible y el boxeador estaba seguro de que todo ser humano temblaría ante él, pero si le miraba a los ojos de la misma forma en la que lo estaba haciendo ahora...
—Estoy bien. —respondió cortante.
Wei WuXian retrocedió unos pasos cuando el cambiante caminó hacia él al no obtener una respuesta.
No sabía cuanto tiempo se había quedado en sus pensamientos, pero agradeció a la agudeza de sus reflejos que lo devolvieron al mundo real.
Tampoco recordaba en qué momento habían llegado al despacho donde ya había discutido y mandado a la mierda una vez al mismo hombre que tenía justo delante suya, quien ante la respuesta tan solo lo observó en silencio.El menor le devolvió la mirada desafiante, pero cuando sus ojos se posaron en el abrigo que sujetaba en uno de sus brazos, la vergüenza lo invadió.
Nunca se había mostrado ante nadie tan vulnerable como lo hizo con él en las escaleras de la comisaría y mucho menos había pedido ayuda de una forma tan desesperada...No sabía como reaccionar.
Se sentía tan débil delante del cambiante, tan indefenso...Algo se encogió en su corazón, provocándole una ligera punzada de dolor.
Sin poder soportar aquella sensación, apartó la mirada del abrigo y miró un punto fijo en el suelo.Si hubiera estado solo, como siempre, se habría dejado llevar por aquél sentimiento y su cuerpo se habría hecho un ovillo en el suelo abrazándose así mismo.
Pero no podía, Wei WuXian no podía mostrarse "derrotado" ante nadie, era la primera norma que un boxeador aprendía dentro del área de combate.

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Presa del placer.
Fiksyen Peminat"La personalidad de un Alpha varía según su animal interior. Los caninos tienden a ser sociables y leales, a diferencia de los felinos... Fríos y cautelosos; dominantes y posesivos..." Tras el fallecimiento de su madre y las deudas acumuladas de su...