***Noche Buena***
Johana y yo poníamos la mesa entretanto unos villancicos nos taladraban los oídos. Madre mandó a sacar la vajilla cara, la de estas fiestas, la que se le enseña a las visitas. Hoy no viene nadie importante a cenar. Posiblemente seamos los de siempre, y con un poco de suerte se nos unan nuestros padres.
-¿Al final vino la porrista?- me pregunta mi hermana.
-Se llama Melínoe- le corrijo.
-Perdón, perdón. Pero si es porrista no deberías ofenderte. Es como si te molestara que a ti te dijeran trigueño. Es lo que eres.
-Me refiero a que no es solo una porrista. No debería conocerse solo por eso.
-Y te doy la razón en eso pero comprenderás que yo no la conozco de nada así que me resulta algo más complejo asociarla a algo. Podría haber dicho "¿vino la chica que te rechazó?", que es lo otro que sé de ella, pero opté por la forma corta, por comodidad, básicamente-. Me estresa, pero no tengo forma de discutirle y me ha dejado sin argumentos.
-Sí, vino. Pensaba que lo sabías
Se detiene antes de colocar todos los cubiertos y me mira extrañada:
-¿Cómo sabría yo eso? No hemos hablado del tema hasta ahora.
Esta vez soy yo quien se detiene.
-Pues, porque tu le abriste la puerta anoche, ¿no es así?
-No. Anoche solo sentí cuando llegaron nuestros padres pero yo no le abrí la puerta a nadie.
-Que raro. Melínoe se apareció en la puerta de mi habitación. Supuse que la habías dejado subir tú.
-Habrá entrado cual fantasma.
Retomamos nuestra labor.
-No juegues con eso. Si la puerta se quedó abierta pasó ella como pudo haber entrado cualquiera. Hay que ser más cuidadosos.
-No me des la charla porque tu novia te haya sorprendido en calzones-. ¿Le divierte tomarme el pelo o es una táctica para distraerme de la bronca que pretendía echarle?
-Primero, no es mi novia. Segundo, ¿de dónde sacas que yo me paseo en calzones por mi habitación?- le ha funcionado. He caído en la trampa cual mosca en tela de araña. Se ríe.
-No sé. Los chicos son unos guarros. Quizás hagas ese tipo de cosas.
-Pues no.
-Pues vale.
Me gustaría decir que continuamos en silencio, pero seguian los villancicos. No sé por qué los detesto tanto, en cambio a Johana le encantan.
-¿Viene esta noche?- vuelve a la carga.
-Dijo que sí- espero que venga. No he pensado en que me quedan solo dos cajas de cigarrillos, en que el regalo de Johana está mal envuelto bajo mi cama o en que mis padres llamaron para atrasar la cena una hora jurando que llegarían. Solo he podido darle vueltas a la cabeza a la visita de Melínoe.
-¿Estás emocionado?
-Sí.
-¿Te gusta?
-¿Por qué eres tan cotilla?
-Soy tu hermana. ¿A quién le planeas contar este tipo de cosas si no?
-Eso no significa que no seas cortilla.
-De todos modos no necesitas responder. Se te nota que sí.
Me quedo a cuadros con ella. No sé cómo lo logra. Ya hemos acabado con la mesa. Nos ha quedado genial.
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Mi única Noche Buena con Melínoe
Short StorySería injusto que solo se sepa de ella lo que la gente se imagina, lo que se veía de lejos, lo que ella permitía que se conociera. Yo mismo caí en ese error y me bastó solo una noche para percatarme cuán confundido estaba. Para que sepan su histori...