After Dark

Bajo su piel

Y una vez más se despierta sobresaltado, tratando de regular su respiración mientras limpia el sudor de su rostro con las sábanas que aún sostiene fuertemente ¿a quién le importa eso?; mira alrededor de la habitación en busca de... algo y siente como su piel se eriza poco a poco.

Esto no es nada nuevo, cada noche sin falta, durante las últimas tres semanas ha estado sucediendo. Quizás sea la nueva casa o quizás solo el frío invierno, pero esto solo ha estado empeorando noche tras noche.
Hoy no es distinto.

Sigue mirando alrededor de la habitación en busca de algo, pero lo único que logra ver es la poca luz que logra filtrarse tras las cortinas, así que una vez que logra calmarse tan solo vuelve a meterse entre las sábanas sudorosas; es bastante incómodo, pero lo ignora a favor del hombre que duerme a su lado, así que solo cierra sus ojos y atrae aquel cuerpo más cerca de él y entierra su rostro en el sedoso cabello aspirando su aroma.

Llámalo sexto sentido o solo paranoia, pero juraría sentir la presencia de otra persona en la misma habitación junto a ellos.

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—¿Otra mala noche? — cuestionó el joven al ver a Tetsuhiro entrar a la cocina.

—Es solo el estrés del trabajo— contestó con una cansada sonrisa.

Aceptó la taza de café y dio un pequeño sorbo. Acarició la mejilla de su pareja y lo acercó para depositar un casto beso en ella.

— Pasará una vez que cumplamos con la fecha de entrega…

— Han sido poco más de tres semanas ya, Tetsuhiro, me preocupa.

— No hay por qué preocuparse, estaré bien — no sabía si lo decía para calmarlo o convencerse él mismo.

La primera semana lo atribuyó al estrés en su trabajo, su equipo había tenido dificultades en los resultados de los últimos experimentos debido a problemas con la PC. Esto había complicado las cosas y atrasado tanto los resultados como los informes que debían entregarse en los próximos días, mientras la semana avanzaba, el insomnio era cada vez más frecuentes y empeoraban cada noche.

Comenzó con un simple sobresalto, aquella sensación de caída mientras dormía no le tomo importancia las primeras noches. Fue empeorando con el tiempo; después de la primera semana aquel sobresalto era acompañado de un escalofrío, y un inexplicable sentimiento de temor le recorría dosel cuerpo.

Días después le costaba volver a conciliar el sueño, mirando a su alrededor entre la obscuridad de la habitación. Una noche en especial, juraría haber visto la silueta de un hombre junto a su cama, mirando fijamente a su pareja, pero al ser solo por un momento creyó haberlo imaginado. Quizás la reciente falta de sueño, se decía constantemente.

Desde esa noche, aquella sensación de ser observado persistía hasta en los días.
Justo como ahora.

—Tetsuhiro, ¿estás escuchándome?

Morinaga desvió su mirada del pasillo que lleva a su habitación y se centró en su pareja

—Lo siento, me distraje un poco…

—Dije que deberías descansar un poco, quizás tomarte el día.

—Me gustaría pasar el día a tu lado, pero la fecha límite es en tres días y aún hay mucho trabajo que hacer.

Mostró una sonrisa en modo de disculpa y continuó tomando su café, agradeció por su desayuno.

El día transcurrió con normalidad.

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—

Morinaga