「 Entre la luna y tus ojos 」 ⁞ ♡ Rannett ♡ [Pausada/Editando]

Capítulo IV

(Arte de @tabbizx en twitter)

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Me encantaría empezar este capítulo con buenas noticias... Pero lamento que no será así. No llegaríamos a ningún lado con simples relatos de sacarina.

Un fuerte estruendo se escuchaba a las afueras de la casita, eran pisadas enormes y firmes.

Bennett ya se había levantado cuando escuchó el ruido, Fischl estaba en sus encargos desde más temprano y Razor recién se despertaba. Aquel monstruoso sonido se hacía cada vez más cercano.

- ¿Razor? ¿Qué es eso...? - Preguntó el ojiverde nervioso, alejándose de la cocina.

El de melena plateada no respondió, solo se acercó a la ventana, levantando la cortina con miedo. Ahí, frente a él, los ojos de Lupus Boreas lo calcinaban desde dentro.

- Razor... ¿Qué estás haciendo aquí? - Preguntó el espectro, sonaba irritado, casi molesto.

El joven bajó de la casita con cautela, tratando de no hacer movimientos muy bruscos para no alterarlo. Bennett bajó tras él, recibiendo una mirada aún más directa.

- ¿Quién está contigo?

Razor tragó saliva.

- Benny y yo vivir juntos, querernos.

Andrius hizo la cara hacia atrás, confundido, después se acercó un poco a olfatear al juzgado, de un bocado podría acabar con él, así que era prudente no moverse durante la inspección.

- ¿Por qué este niño huele a la ciudad? ¿En dónde lo encontraste? - Preguntó ya alejándose del menor.

- Llegar una noche con agua, yo creer... Que poder morir, yo decidir ayudarlo.

- ¿Ayudar? ¿Te parece que los lobos AYUDAN a los humanos, Razor? - Volvió a hablar con molestia. - Los humanos, las personas que vienen de Mondstadt, Liyue, incluso Inazuma... Todos, matan, lobos.

Dijo estas últimas tres palabras casi en un gruido.

- ¡Yo no! - Exclamó sin pensar el de cabello cenizo. - Señor eh... Lobo gigante, no soy peligroso, soy un niño bueno.

- Los niños se vuelven hombres, los hombres se vuelven asesinos. - Sentenció. - Razor, nos vamos.

Los ojos de los jóvenes se abrieron mucho, preocupados por la orden. El de ojos rubíes ni siquiera pudo terminar su oración cuando sintió el viento helado de Andrius envolverlo, jalándolo hacia él. Por más que se aferró al suelo, por más que intentó moverse en dirección contraria, no lo logró.

- ¡Espere! - El viento se detuvo. - No puede llevárselo, él y yo-

El mismo viento que envolvió al mayor fue el encargado de mandar a volar al cenizo, golpeando su torso contra uno de los árboles y dejándolo allí. Razor se asustó muchísimo, gritando el nombre del chico comenzó a moverse con pánico, buscando soltarse de tan fuerte enredo, pero todos y cada uno de sus esfuerzos por liberarse fueron en vano.

Andrius se desvaneció entre el viento, arrastrando a aquella alma desesperada consigo.

Poco tiempo después, una sensación húmeda en el rostro despertó al de ojos esmeraldas.

- ... ¿Fischl?

La rubia estaba pasando un pañuelo mojado por la frente del chico, en cuanto lo vio despertar dio un corto suspiro, aliviada de verlo vivo.

- Amigo Bennett... ¿Qué te ha sucedido? ¿Quién fue culpable de malograrte de esta forma?

- Pues... Creo que no le di una buena impresión a mi suegro. - Comentó con una risita que pronto se vio apaciguada por un dolor en el abdomen.