﹒₊˚🍮๑﹕(Perspectiva Cambiada) ₊˚ (MᴀʀɪᴀɴᴏxCᴀᴍɪʟᴏ)

Capítulo 29 : Nunca estuvimos separados

Notas:
¡POR FIN! ¡¡¡Una actualización!!! XDDDDDDDDDDDD
Honestamente, he estado tratando de sacar este capítulo por lo que parece una eternidad, así que es un poco más para compensar la espera... lol 😂

Mi semestre ACABA de terminar hoy y finalmente tuve suficiente tiempo para trabajar sólidamente en esto y sacarlo ☺️👌🏽

¡El próximo capítulo es muy divertido, ya tengo una gran parte escrita y no puedo esperar para subirlo! Ojalá sea hoy o mañana 😜👍🏽

¡Espero que lo disfrutes! ❤️

★★★★★★★★★★★★★★★★★★★

Cuando Mariano se movió para protegerse los ojos de la luz brillante, su mente se aceleró mientras intentaba encontrar una respuesta LIMPIA y aceptable a la pregunta formulada... especialmente con la forma en que Julieta lo miraba sutilmente, gesticulando levemente hacia Antonio.

"Amo a tu hijo." Fue lo primero que se encontró diciendo, dirigiéndose a Félix para empezar. Su cabeza estaba vacía, pero sintió que las palabras fluían de él sin prontitud mientras el trío que tenía delante escuchaba.

“Tu hermano mayor”, le dijo a Antonio, quien sonrió al ser reconocido por el otro, “y tu sobrino…”, finalizó, devolviendo la dulce sonrisa de Julieta mientras continuaba.

“Lo amo, y… no recuerdo quién era sin él…” Mariano sonrió, una mirada lejana capturando su mirada al pensar en su amante. “Tampoco tengo ningún deseo de hacerlo”. Dijo con firmeza.

“Quiero que se convierta en parte de mi vida, una parte permanente si me lo permites, que ojalá algún día olvide que hubo un tiempo en que estuvimos separados…” finalizó Mariano, sintiendo su pecho más ligero que en un mientras.

Necesitaba decir eso.

Decirle a alguien que por fin había encontrado a la persona a quien darle todo su amor interior...

Que había encontrado a la única...

Félix, Julieta e incluso Antonio, que se sentó allí igual de silencioso, se quedaron sin palabras. Antonio, que había dejado de acariciar a su armadillo, solo miraba al macho mayor con esos brillantes ojos marrones suyos, tan grandes y brillantes que rivalizaban con el sol.

Mariano recordó instantáneamente la brillante mirada color avellana de su propio camaleón al verlo, lo que provocó que una breve punzada de anhelo lo atravesara. Había estado lejos de su amada por demasiado tiempo...

Félix estaba pensativo acerca de su respuesta, como lo estaba a menudo, su rostro estalló en una suave sonrisa mientras hablaba. “Por supuesto que lo permitiría”. Dijo, satisfecho con la respuesta de los demás.

“Y sé que hablo por su madre y por mí cuando digo que ella también estaría de acuerdo, tal vez a regañadientes, pero todo lo que quiere es que él sea feliz…”, continuó.

Y tú lo haces feliz. Félix dijo, mirándolo a los ojos, su expresión era seria pero con un trasfondo bastante alegre.

“Aw… Eso fue hermoso…” Julieta susurró, visiblemente llorando mientras los atraía a ambos para un fuerte abrazo, con Mariano estirándose torpemente sobre el escritorio para lograrlo, aunque a él no le importaba.

Antonio no perdió tiempo en envolver sus brazos alrededor de la cintura de su tía en un esfuerzo por unirse al abrazo grupal, lo que obligó a Julieta a incluirlo rápidamente.

Ambos hombres mayores se rieron de esto, sus acciones le recordaron a Mariano a su propia madre... él sonrió, sabiendo que se llevarían bastante bien como suegros...