-¡Katsuki!- un grito se escuchó en el árbol del polvillo, y no era nada más que la reina Mitsuki Bakugo -¡¿Dónde estabas?!-
-¡Eso no te incumbe vieja!-
-¡Claro que me incumbe!-
-Cariño déjalo- como si se tratara de un ángel, el esposo Masaru Bakugo siempre intervenía en las peleas de sus rubios cenizos.
Al final la madre soltó al hijo dejándolo calmarse.
-Hijo ¿Dónde estabas?- su padre con su vos serena desde siempre, inconscientemente pensó en el pecoso.
-Estaba por ahí con los extras- dijo sin importancia aunque por dentro se moría por salir de ahí y sin decirlo necesitaría la ayuda de los extras.
Los dos adultos se miraron de reojo, la madre sonrió un poco pícara.
-¿Seguro?-
El menor lo vio un poco con el ceño fruncido poniendo los ojos en blanco -no es nada de eso viejos- se dio la vuelta sin darle importancia para irse a su cuarto.
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-¡Extras!- toco por segunda vez en donde estaban los demás.
Se abrió la puerta dejando salir una rienda capturando a Bakugo.
-Uspi...-
-¡Bakugo volviste!- dijo Mina emocionada viendo por un lado.
-Si...- trato de calmarse mientras se levantaba del suelo quitándose la rienda -no importa, necesito su ayuda...- lo ultimo lo dijo por lo bajo, pero lo suficiente como para que el azabache y la pelo rosa lo escucharan.
De un momento a otro fueron todos a excepción de Denki quien fue por cosas para algo que harían justamente para mañana, el cual seria un grandioso día.
-¿En donde esta Denki?- Kirishima vio por los lados hasta que escucho la característica risa de su enamorado, sonrió inconscientemente.
-Aquí estoy- dijo una voz a lo lejos.
Por la entrada se pudo ver cómo venían Denki junto con una pelo morada.
-¡Volví!- dijo el rubio acercándose junto con la pelo morada.
-Así que ¿En que lio se metieron?- dijo la pelo morada alzando una ceja mirando a los otros.
-¡No nos metimos en ningún lio!- dijeron los otros juntos, la pelo morada se rio un poco.
-¿Así que Bakugo encontraste al fin alguien que te ame?- pregunto con un tono burlón.
-Jirou- chillo Mina.
-Si lo quieres ver así- dijo el cenizo mirando hacia otro lado, un pequeño rubor apareció en sus mejillas.
-¡Los dos son el uno para el otro!- grito Mina emocionada mientras que los otros chicos asentían excepto Bakugo.
