capítulo doce

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Se sentía incómodo, observado, intimidado. Lo único que quería era que las clases terminarán para poder huir a su casa. Necesitaba sentirse seguro.

Los chicos de la escuela habían hecho escrito en un papel cosas obscenas sobre el y algunos otros chicos y chicas de la escuela. Pero nadie parecía tomarle el peso de esas palabras excepto las personas afectadas. No, no era un halagó, no se sentía mejor que escribieran sobre su cuerpo o lo que les gustaría hacer con el. Tampoco quería ir con Jisung porque sabía que este provocaría una pelea y después de su fuga la directora lo había amenazado de expulsarlo su volvía a cometer una falta.

Quería a sus padres. Odiaba la sensación de sentirse pequeño y vulnerable, no quería sentir ese nudo en la garganta que a cada segundo se hacía más grande. Sus ojos picaban por las lágrimas que estaba reteniendo. Quería irse, realmente quería salir corriendo de ese lugar, más cuando los imbéciles que habían escrito el papel estaban a unos metros sintiéndose poderosos de lo que habían hecho, porque claro siempre había otros imbéciles que lo celebrarían y tomarían todo como una broma.

Quería acurrucarse en su cama en forma fetal con su preciosa gata ronroneando.

Suspiró tomando el valor de ponerse pie para irse a su salón, al menos ahí podría buscar un poco de paz. Cuando levantó la vista se dió cuenta que Jisung y Changbin había llegado al patio donde se encontraba, pero no caminaban hacia él, ni siquiera lo habían mirado. Iban directamente al grupo del chico que había creado el papel, porque uno de ellos lo había iniciado y los otros tontos siempre lo seguían.

Jisung llevaba un papel en su mano. Mierda.

Lo siguiente que sucedió fue Changbin empujando al chico logrando que cayera al piso, después lo tomo del rostro abriendo su boca y Jisung puso el papel dentro de ella.

— A la próxima que escribas estás cosas de mi hermano te voy a meter el papel por el culo ¿Entendiste?.— amenazó su hermano apretando la mandíbula del contrarió.

Changbin se quedó mirándolos serios mientras Jisung amenazaba a los demás chicos, luego su mira se giró hacía el. Se puso de pie mirándolo fijamente, quiso correr hacia el para poder esconderse en sus brazos. No lo hizo. Sus pies se mantuvieron quietos mientras lo miraba. Quería llorar, no lo iba a negar. Había hecho una imagen de él siendo una persona seria y reservada para evitar que los chicos de la escuela se le acercarán, pero nada de eso era real. El era el bebé de su familia, era asustadizo, sensible y necesitaba cariño cada vez que se sentía mal. Solo no quería que nadie viera eso, no quería dejar que los chicos vieran cuánto le afectaba todo lo que hablaban de el. Simplemente no quería mostrarse débil.

Changbin camino hacia el. Sintió como si las personas hubieran desaparecido de la tierra cuando vio su silueta acercarse. El pelinegro no dudo ni dos segundos y lo atrajo hacia sus brazos. Se permitió esconderse en su pecho mientras dejaba caer las lágrimas que había estado reteniendo, se permitió ser débil en sus brazos, porque ahí se sentía protegido. Aún no comprendía muy bien sus sentimientos, no sabía porque sus brazos se sentían cálidos y seguros, no sabía porque su corazón se aceleraba al sentir el calor de su cuerpo. No sabía porque sentia que en su estómago todo daba vuelta. No sabía nada, pero lo único que quería era continuar abrazándolo.

— Gracias.— susurro pegando fuerte su rostro con el pecho de Changbin.

— Tranquilo, no te dejaremos solo.— susurro contra su cabello, acariciando su espalda con una de sus manos.

— Literalmente hicimos que se comiera sus palabras.— sintió la voz de Jisung a su lado y aunque no quería soltar a Changbin necesitaba abrazar a su hermano, así que eso hizo. El mayor inmediatamente lo abrazo con fuerza, dejando un beso sobre su cabeza.— Tranquilo, aquí tienes a tu pendejo que te va cuidar de cualquier otro pendejo que quiera hacerte daño.

› Padres 2 ꙳໋͙ HyunMin ⌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora