34. La promesa

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Máximo:

Después de estas confesiones por parte de Jones puedo sentirme más cerca de ella y eso me deja saber que realmente soy importante, pero hay momentos en los cuales me dice cosas que me dejan en jaque, como anoche cuando entraba a dormir a su habitación en el hotel de paso en el cual nos quedamos a descansar.

"No vueles tan cerca del sol, podrías quemarte"

Sonrió tristemente y se fue a dormir dejándome con el vacío de la duda dentro del pecho.

Hoy mientras recorremos el Bayou la puedo notar asustada, recorre con la mirada todo y luego se abraza a sí misma, me ha evitado en todos los aspectos, me confunde hasta la demencia, algún día tendrán sentido sus contradicciones.

No lo sé con certeza lo único que sé es que ella realmente me gusta, y no es tan complicado como ella y el mundo entero piensa, y como no va a serlo si con simplemente mirarla siento que el mundo se detiene a nuestro alrededor, lo sé, lo sé muy cliché pero también muy cierto; así lo sentimos una parte promedio de los enamorados, de los enamorados irremediablemente me refiero.

Busco su mirada y ahora entiendo porque me había estado esquivando, las grandes y marcadas ojeras debajo de sus hermosos ojitos cafés la dejaban en evidencia innegable; no había podido dormir o quizás lloro, o posiblemente ambas.

Casi toda la caminata ha permanecido en la parte trasera del grupo tratando de evitar el contacto con nosotros, le hago señas a los chicos para avisarles que iré con ella y todos asienten con la mirada y un movimiento afirmativo de cabeza, me acerco a ella y como lo esperaba desvía su mirada de la mía.

-Jones, ¿Cómo estás?

-Todo bien Williams - apretó el agarre sobre las tiras de su mochila.

-No te creo.

-Ese es tu problema no el mío - camino más de prisa para intentar dejarme atrás.

-No puedes evitarme - la alcance y me puse frente a ella obstaculizándole el paso.

-Vamos Williams no hagas esto - agacho la cabeza y empezó ahondar con su pie en el suelo, jugaba con la tierra, hacía de todo para evitar el contacto.

-No lo entiendo - me acerque a ella y se detuvo - ayer todo estaba bien entre nosotros, y hoy solo me ignoras - me acerque más, acabando con la poca distancia que nos separaba, pero sin tocarla esperando a que ella iniciara su acercamiento hacia mí. Hacia un "nosotros"

-Williams no lo entenderías - se acercó a mi pecho y escuchaba el latido frenético de mi corazón a causa de su cercanía, pero eso era algo que ella jamás comprendería - hay una daga clavada en mi pecho y cuando mi corazón late por ti sangra mucho, hasta el punto de quedarse inmóvil de lo débil que lo deja al latir por ti de esa manera - guarde silencio y la abrace con fuerza, esa era su declaración, eran sus sentimientos, era ella, tan agonizante en su sufrimiento y yo sin poder parar su agonía - no puedo lastimarte porque me moriría si terminas como yo, pero al mismo tiempo soy egoísta porque no quiero que te vallas de mí y yo simplemente no puedo dejarte ir - sus pequeñas manos se aferraron a mi sudadera en la parte de la cintura - Williams....por favor tú no me mientas jamás, prefiero que la verdad me corte con su afilada cuchilla a que tus mentiras se claven como estacas en mi pecho - bese su cabellera pelirroja y el olor exquisito de su cabello invadió mi ser en cuestión de segundos.

-No planeo irme de ti Jones.

Sonrió.

-Chicos estoy seguro de que esta es una escena muy conmovedora e incluso parece sacada de algún libro de romance de esos que te dejan sin estabilidad emocional, pero a este paso se acabaran las dos semanas de vacaciones, seguiremos viendo esta escena y nos sentiremos miserables porque estamos solteros, así que por favor tengan piedad de los solterones - Cameron y su maldita inoportunidad atacan nuevamente. Punto para los inoportunos.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora