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—᪥᪥᪥—
𝐎livia y Miguel hablaban, la chica le aconsejaba que no pelara ya que podría lastimarse la espalda.
—Liv no te preocupes está bien halcon es mi amigo, no me lastimaría.—Olivia mordió su labio pensativa.
Miguel podía lastimarse, ¿y si algo le pasaba? ¿Y si Miguel no volvía a caminar por el maldito torneo?
—Nunca me dijiste quien te tiro de las escaleras.—pronunció Olivia.
Miguel volteó a donde los chicos de cobra kai estaban formados, fijó su mirada en Robby Keene, sabía como él miraba a Olivia, no era una mirada cual quiera.
A él le atraía Olivia.
—Miguel te estoy hablando, que seas mi cuñado no significa que puedo golpearte.—advirtió divertida.
Miguel rio.
—Es mejor que nunca lo sepas.—finalizó Miguel.
Ella asintió comprensiva no iba a insistir, tal vez luego le diría no ahora.
Miguel besó su frente y subió a la colchonetas, iba a pelear con Halcón, quien hace unos instantes se había besado con Moon.
Ellos hicieron su saludo y comenzaron a pelear.
Los dos tenían los mismos movimientos, se notaba que ambos habían estando en Cobra Kai juntos.
De pronto Miguel salto iba a darle una gran patada a Halcón pero su espalda tronó y calló directo al suelo.
Lo primero que gruyó fue.
—¡Sensei!—gritó Miguel.
Gritos, miedo, dolor, Miguel sufría. Olivia tapó sus oídos el grito de Miguel hacía eco en su cabeza, ella pudo evitar que Miguel peleara, lo primero que hizo fue correr al baño, apenas llegó se miró al espejo.
Tenía los ojos llorosos y todavía tenía las manos en sus oídos, quizo gritar.
Respiro una y otra vez pero el aire no alcanzaba a llegar.
<<No otra vez no puede pasarme>> pensó.
La última vez la mandaron un semana al hospital en el internando ella le imploró a la directora que no llamara a sus papás.
Y ella eso hizo no los llamo.
Solo necesitaba su pastilla, busco en sus bolsillos de su chamarra de cuero, no estaban. En el bolso trasero de su pantalón tampoco, en los delanteros cuando las encontró de dio cuenta que sus manos le temblaban.
Sintió como alguien tomó su muñeca y abrazó su pequeño cuerpo a comparación de la persona que la abrazaba.
Ella sin dudarlo correspondió, y lloró.
—Miguel pudo morir, y yo pude evitarlo...—susurró ella.
Aquel individuo la abrazó más fuerte, ¿porque se sentía en casa entre sus pequeños brazos? ¿Por que el olor de su perfume lograba tranquilizarlo? Haciendo que todo lo demás que lo abrumara se esfumara como burbujas.
—no fue tu culpa...fue la mía.—respondió.
Y entonces Olivia se dio cuenta de quien se trataba, era Robby.
—¿Que?—preguntó separándose.
Robby se sentía vacío, necesitaba volver a abrazarla.
—Yo tiré a Miguel por las escaleras.—fue como agua fría, Olivia abrió en grande los ojos.
—¿Porque?—logró preguntar.
—El beso a Sam cuando estábamos juntos.—tantas cosas que Sam había echo mientras ella no estaba.
Arreglarlo sería difícil.
—Oh, ¿te sentiste traicionado? ¿Tu la amabas verdad?—pregunto Olivia.
El asintió.
Quería volver a abrazarla, sería raro que se lo preguntara.
—Lo entiendo pero no lo justifico, debió de ser duro, ¿por eso haces esto?—pregunto de nuevo Olivia.
Ella alzó la mirada, sus ojos chocaron, Robby sintió un volcó en el estómago. Y Olivia bueno ella sintió que había conocido a Jack Ross pero en diferente historia.
Él volvió a asentir incapaz de quitarle la mirada.
Ella era tan hermosa.
Sintió esa necesidad. Necesitaba un beso suyo.
—Lo siento. Tal vez necesitas una segunda oportunidad.—hablo Olivia.
Entonces la chica sintió la pastilla en la palma de su mano.
Llevo a su boca la pastilla y la tomo.
—¿Que tomaste?—pregunto Robby.
—Es una pastilla para la ansiedad, está reservada por un médico.—dijo Olivia.
Él sonrió un poco, le fascinaba la forma en la que ella era sincera.
—¡Robby estás aquí!—llegó Tory diciendo.
Ella miró a la chica LaRusso.
—¿qué haces hablando con esta?—pregunto.
—Disculpe señorita pero mi nombre es Olivia.—hablo.
No le gustaba ofender a las personas diciéndoles groserías o denigrandolas.
Robby sonrió.
—No te pregunté, sal de aquí.—volvió a morder su labio.
Salió del baño.
<<que chica>> pensó Olivia.
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