▪︎▪︎Cinco ▪︎▪︎

2.8K 251 28
                                    

Ya había pasado cerca de una semana en la que Rusia se quedaba a dormir en la casa del latino, y su buen humor subió de manera asombrosa, dormía increíblemente bien gracías al mexicano.

-¿Rusia? ¿Que haces aquí?- Preguntó México observandolo entrar por la puerta con campanita del cafe. -¿Me olvide de darte las llaves?- Volvió a preguntar.

-No, no me gusta quedarme solo en tu casa, es aburrido. Prefiero esperarte aquí.- Habló seriamente sentandose en una mesa del local. -Pareces una mujer con ese delantal.-

-¡Callate pendejo!- Suspiro enfadado. -Ire a cambiarme esperame diez minutos.- Se retiró dejandole completamente solo. Se adentró a los vestidores de empleados y retiró todo el vestuario de trabajo.

- México~ dime el chico bonito con el que hablabas ¿tiene novia? ¿Podrias presentarmelo?- Hablaba su compañera de trabajo, aunque no le molesto en absoluto ya estaba acostumbrado a que demasiadas chicas quieran con el.

-No creo que quieras, el siempre usa a las chicas una vez y luego las desecha si se puede decir, tambien se acuesta con miles de personas, quien sabe si tiene algo.-Respondía sin importancia colocandose su ultima prenda.-Como sea, si estas dispuesta a ser utilizada asi hablale, hasta mañana, descansa~.-

Salió del vestuario para encontrarse a un Rusia casi dormido en la silla, observó unos segundos como casi se caía de cara en la mesa y le habló por fin. -No es lugar para que te quedes dormido, ¿Vamos?- Asintió cansado y comenzaron su rumbó a casa. -¿Cenaste?- Preguntó mirandole pero este negó. No le gustaba que le esperara para comer, ya que salía muy tarde. -Sabes tu tienes casa, y puedes dormir allí, en tu cama, en tu habitación digó.-

-¿Acaso te molesta que duerma contigo?- Levantó una ceja plantenadole la pregunta.

-No para nada, me agrada. Solo decía.-

-Duermo mas comodamente contigo y no tengo ganas de ver a mi familia por la noche reprochandome que hago todo mal.- El contrario asintió y siguieron caminando en silencio. Ese silencio que era agradable, pero la mente de México lo utilizaba para pensar y destruirse aún más. Era demasiado notorió en como se preocupaba por el peligris, en su manera de apegarse, su manera de mirarlo, pero nunca vio ello en Rusia, y el que no lo quiera le hacía demasiado daño.

Pero creía que podía vivir con ello

La rutina de siempre era comer lo cocinado por México, y dormir con Rusia. La cosa era así para los dos, ademas que el mexicano no quería hacerlo cocinar al ruso ya que la ultima vez que cocino casi incendió la cocina.

La parte favorita de México de toda su rutina con el era la parte en la que se acostaban y Rusia lo mimaba hasta que quedase dormido, podía fingir que le importaba por un minuto, podía imaginarse que sus fantasias eran ciertas por una vez en la vida. Por ello era su parte favorita del todo el día, ni los besos, ni los abrazos eran tan especial como ello para el.

▪︎▪︎▪︎▪︎▪︎▪︎▪︎▪︎

-No hay trabajo, día completamente libre.- Se paseaba por la cocina con solamente un camisón que utilizaba para dormir y sus boxers. Algo completamente sexy por alguna razón para Rusia. -¿Tu te piensas quedar aquí todo el día? ¿O vas a fingir que no tienes casa?- Preguntó tomando el jugo de naranja de la heladera

-Problablemente la segunda opción, demasiado aburrido pasar un fin de semana solo.- México sonrió y se marchó denuevo hacía su habitación. -¿Donde vas?-

-Rusia es sabado, y yo no hago mejor cosa que estar tirado en mi cama. Ademas tengo un juego nuevo, quería probarlo.-

-¿Te puedo acompañar? Si me quedo aquí solo es lo mismo que ir a mi casa a estar igualmente de solo.- Carcajeo y asintió. Siempre que implicaba poder recostarse en el pecho de su compañero no podía negarse.

Y habían estado toda la tarde recostados jugando, se insultaron mas de una vez por jugadas malas pero acababan festejando cada vez que uno ganaba la partida.

-Ahg, me duelen los ojos...- Se quejaba el de cabello avellana apagando en videojuego. -¿Tienes hambre?- Preguntó inocentemente mientras los ojos de Rusia no tenían precisamente hambre de comida.

-Tal vez.-Respondió como un idiota, mientras deslizaba su mano por las entre piernas de México.

-Como que tal vez tarado.- Ignoró lo que decía y beso su cuello repetitivas veces. -Ya... Ya te dije que no...-

-¿Por que no? Si ambos sabemos que te gusta.- Respondió seriamente sin detenerse.














Hola!!! Soy lawgas o lameme como gustan llámame.

Muchas gracias por todos sus comentarios tan lindos me motivó para subir el capítulo lo antes posible.

Muchas gracias por leer ❤❤❤

No olvides votar si te gusto.

ADAPTACIÓN AUTORIZADA
Esta hermoso historia es una obra original, escrita, diseñada y elaborada por la autora @ayloohh

01 de Febrero del 2022

Amigos con Derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora