ᵀᵉ ᶜᵒⁿᵒᶜⁱ ᵉⁿ ᵘⁿ ᶜᵃᵐᵖᵃᵐᵉⁿᵗᵒ ᵈᵉ ᵛᵉʳᵃⁿᵒ // ᴋᴀᴘɪ x ꜱᴇʟᴇᴠᴇʀ (+12) [TERMINADA]

Capítulo 3: la hoguera

(la canción de arriba no tiene que ver con el capítulo pero queda bien de soundtrack, voy a poner también canciones que no sean de fnf a partir de ahora-)

Un nuevo día en el campamento, ambos despertaron al mismo tiempo. Fueron a desayunar.

Ese día hicieron un taller de manualidades. Cada uno se tenía que dibujarse a sí mismo con un nuevo amigo o con alguien que le cayera bien.

Pero lo realmente interesante vino al anochecer: iban a hacer una hoguera.

Todos se vistieron y lleron hacia el bosque acompañados de los monitores. Estos eligieron un lugar y los campistas hicieron entre todos un círculo con troncos para sentarse alrededor de la hoguera. Hecho esto, todos fueron a por palos y los monitores fueron preparando las bandejas de malvaviscos, galletas y chocolates. 

Terminaron el trabajo y por fin se sentaron todos a comer y contar historias de miedo. Selever ya no se arrepentía de haber ido a aquel campamento, era todo de película. Bueno, quitando el hecho de que él no era un rubio americano que tenía un trillón de amigos y cuatro novias.

Kapi cada vez temblaba más. Selever le pasó un brazo por el hombro.

Selever: -en un susurro- no te preocupes, estás historias tienen menos sentido que mi mera existencia.

Le guiñó un ojo y Kapi soltó una risita. Siguieron escuchando esas historias una detrás de otra, cada vez perdían más contexto. Selever dijo en voz alta:

Selever: Bah, yo sé hacer una historia mejor que todas esas en un par de frases, déjenme mostrarles.

Y así comenzó a narrar la historia.

Selever: La chica escapaba desesperadamente de aquella negra criatura bajo el cielo de colores neón capaz de causar epilepsia. Dio un paso en falso, cayó y despertó. Miro el reloj. Las siete de la mañana. Suspiró y salió de casa. Allí seguían el cielo neón y la criatura.

Todos se quedaron quietos esperando que algo más pasara.

X: ¿...y?

Selever: ¿Y qué?

X: ¿Qué pasó luego?

Selever: ay amigo, te las arreglas con el suspense.

Todos se le volvieron a quedar viendo como un bicho raro. La verdad es que se sintió bastante mal por eso, y simplemente se quedó ignorando las demás historias y comiendo malvaviscos tostados. Kapi también estaba triste por él, así que hizo lo que el otro había hecho anteriormente: le pasó un brazo por el hombro (bueno, más bien por la espalda, ya que el pobre no llegaba porque era algo bajo).

Selever le sonrió, Kapi sintió más mariposas en el estómago y le devolvió la sonrisa. Estaba alegre de hacer feliz a su amigo.

Al final, cuando las historias se acabaron y los aperitivos también, los monitores apagaron el fuego y todos recogieron sus cosas. 

Kapi: Ha sido un largo día, ¿Verdad? 

Selever: Sí, supongo que lo ha sido. Menos mal que a ti no te caigo mal.

Kapi se sintió muy mal por Selever. Le dio la mano. Ambos se quedaron callados pero sonrientes. Y así fueron, de la mano todo el camino desde el bosque hasta su cabaña.

Igual que ayer, simplemente se pusieron el pijama y se durmieron de cucharita.