Capítulo 2 - el parque acuático

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Kapi abrió levemente los ojos cuando los primeros rayos del sol entraron por la ventana y oyó que un monitor lo llamaba para que se despertase. Se incorporó y se frotó los ojos, adormecido. A esas horas ni siquiera sabía dónde estaba. Miro a su alrededor y casi se cayó de la cama del susto cuando vio a Selever a su derecha de la cama. Luego ya claramente recordó todo lo del día anterior y suspiro.

Ambos se vistieron y fueron al comedor a desayunar.

Después de desayunar, los monitores avisaron que irían al parque acuático durante todo el día y que debían alistar sus cosas para ir.

Selever estaba muy emocionado. ¡Por fin algo de adrenalina! Él se vistió con una playera azul ultramar, unos shorts negros y unos tenis verde neón.

 ¡Por fin algo de adrenalina! Él se vistió con una playera azul ultramar, unos shorts negros y unos tenis verde neón

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(Me tardé un montón en hacer el dibujo aaa, espero que os guste ;-;)

Kapi se sonrojó involuntariamente al verlo.

Kapi: ¿Acaso le robaste los shorts a tu hermana? -Risa nerviosa-

Selever: No, ¿Por qué?

Kapi: S-son muy cortos-

Selever- ¿Y qué-?

Kapi: ¿Sabes qué? déjalo...

Al final llegaron al parque acuático. Kapi no tenía ganas de tirarse por los grandes toboganes, así que iba a irse hacia la piscina normal, pero antes de que se diera cuenta Selever ya le había agarrado de la mano y estaban corriendo hasta el tobogán más grande de todo el parque. 

A Kapi se le revolvieron las tripas sólo de mirarlo. ¿Cuánto medía esa poronga, 700 metros? Temblando, le dijo a Selever:

Kapi: Quizás deberíamos empezar por algo más suave antes del plato fuerte-

Selever notó el nerviosismo del contrario.

Selever: ¿Te dan miedo las alturas?

Kapi: ¿Qué? C-claro que no...

Kapi no quería "quedar como un miedica" en frente de su nuevo amigo, aunque sí que le daban miedo. Selever soltó una risita.

Selever: Claro, y yo soy Madonna. Anda, ven, ¿A cuál prefieres montarte primero?

Kapi mostró una sonrisa de agradecimiento y señaló el tobogán de los niños pequeños con un pequeño rubor en las mejillas, de pura vergüenza por ser tan miedica.

Selever frunció el ceño. Esa mierda solo medía 3 metros.

Selever: ¿Tan pequeño...? ¿Qué tal ese otro?

Señaló uno que estaba al lado del señalado anteriormente. Al contrario no le pareció mal, unos 25 metros no eran tan malos... 

Kapi: ¡Hagámoslo!

Aún y con un poco de inseguridad, ambos corrieron emocionados hacia el tobogán. Este era de los más pequeños, así que no había mucha cola, sólo un trío de niñas de unos siete u ocho años.

Selever se sentía bastante humillado, pero sólo de ver los ojos brillantes y la sonrisa radiante de Kapi, ese sentimiento cambiaba para bien. Esa cara que Kapi tenía puesta le era muy agradable. Y con tal de conseguir esa cara de alegría quería hacer lo que estaba haciendo: divertirse a la manera de un chico algo tímido. Vaya, si estuviera con sus amigos él se soltaría mucho más, pero Kapi no era igual que sus amigos. Él era único a los ojos de Selever. Y a pesar de ser un "friki" según sus ideologías, le caía muy bien. ¿Quizá demasiado...?

Pero dejando los pensamientos y sentimientos del peliblanco y volviendo a la historia, ellos ya estaban casi a punto de tirarse. Kapi se lo pensó unos segundos, Selever se preguntó si se iba a echar atrás, pero al final se armó de valor y se tiró. Le fue más divertido de lo que esperaba. Luego Selever se tiró sin pensarlo dos veces.

Después de salir de la piscina, Selever se soltó el cabello, se lo sacudió y se lo volvió a amarrar.

Selever: ¡Bien! ¡Ahora me toca elegir a mí!

Kapi: Espera, ¿qué...?

Antes de que pudiera decir una palabra más, Selever volvió a agarrarle de la mano y fueron corriendo hacia un tobogán de unos 70 metros. Kapi casi se cagó de miedo al verlo.

Kapi: P-PERO ESTE ES MUY ALTO-

Selever: Oh, vamos, no es mucha diferencia... ¡Por favor!

Selever le hizo pucheritos y Kapi no pudo resistirse. Después de suspirar, dijo:

Kapi: E-está bien, pero no me mires con esa cara...

Selever dio un saltito de alegría y subieron hasta allí. Allí sí que había cola, así que tuvieron que esperar.

Kapi temblaba de la cabeza a los pies. Le daba mucho miedo que algo malo le ocurriese. ¿Y si se abría la cabeza? ¿Y si se cortaba? ¿Y si...?

No pudo terminar de inventar paranoillas porque ya le tocaba tirarse por el tobogán. Tragó saliva mirando hacia el vació. Se sentó en el borde, respiró hondo, y... 

Kapi: ¡A LA MIERDA TODO! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA-

Se tiró y antes de que quisiera darse cuenta, ya estaba en el agua, sano y salvo, en brazos de Selever que se había tirado antes que él.

Selever: ¿Ves como no está tan mal?

Ambos sonrieron. Decidieron tomar un helado para comer, y después de una hora volvieron al agua. Probaron con unos cuantos toboganes más, y Kapi cada vez agarraba más confianza. Al final, accedió a tirarse por el de 700 metros. Pero en cuanto empezaron a subir las escaleras esperando la cola, se empezó a arrepentir. Se puso nervioso, las mariposas en su barriga revoloteaban sin parar. Al final, involuntariamente, le dio la mano a Selever. Éste primero se sonrojó, luego notó que Kapi estaba temblando, y finalmente acertó a ver su rostro, Kapi estaba mirando hacia el suelo para evitar que Selever viera que estaba llorando de miedo, pero Selever obviamente lo vio. Kapi pensó que él lo llamaría gallina, pringado o miedica, pero en cambio lo que recibió fue un abrazo de parte de Selever. Kapi se sorprendió. Miró hacia Selever. Este parecía muy tranquilo abrazándolo. Se destensó y devolvió el abrazo.

Selever: Tranquilo, ya verás como no está tan mal... Este parque tiene mucha seguridad. Nunca han habido heridos ni muertos.

Kapi sonrió. Se dieron cuenta que ya les tocaba.

Selever: Tú primero.

Kapi asintió y se sentó en el borde. Cerró los ojos por un segundo y sintió como caía hacia la piscina. Abrió los ojos. Sentía adrenalina a flor de piel. Era muy divertido, igual que le había dicho Selever. Disfrutó las últimas vistas y finalmente cayó en la piscina. Ni un rasguño. Alegre, saludó a Selever desde la otra punta. Selever también se tiró y fue a caer justo al lado de Kapi para darle un abrazo.

Selever: ¡Sabía que lo harías! ¿Ves cómo tenía razón?

Kapi: Sí, la tenías...

Al final, regresaron en autocar a el campamento. Kapi estaba exhausto, así que durante el viaje se durmió, apoyando la cabeza en el hombro de Selever. Esto al contrario no le molestaba, es más, ¿le agradaba?

Él había sentido esto antes con chicas, pero nunca con chicos. ¿Quizá estaba...? Nah, es imposible. Sólo había pasado día y medio con él.

Regresaron a su cabaña, se pusieron el pijama adormecidos y ni siquiera se lo pensaron dos veces, durmieron en cucharita.


(Kapi tímido is my religion ✝️🛐✨)





ᵀᵉ ᶜᵒⁿᵒᶜⁱ ᵉⁿ ᵘⁿ ᶜᵃᵐᵖᵃᵐᵉⁿᵗᵒ ᵈᵉ ᵛᵉʳᵃⁿᵒ // ᴋᴀᴘɪ x ꜱᴇʟᴇᴠᴇʀ (+12) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora