CAPÍTULO 1

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Vida Nueva 

Hamptons, Nueva York ,12 de Diciembre de 2015

El reloj ya marcaba las siete y treinta de la mañana, llevaba atrasándolo media hora, no tenía ni las más mínimas ganas de levantarme .era mi ultimo día en la que fue mi casa por los últimos veinticinco años ,donde viví todo desde mis primeros pasos hasta la perdida de mi padre. Era tiempo seguir adelante y de enfrentar el mundo yo sola y vivir lo bueno y lo mano de la vida como muchos dicen.

Obligue a mi ser a levantarse de la cama aun tenía muchas cajas que llevar y cosas que empacar .me desvestí y me metí al baño; una ducha me vendría muy bien para despertarme. Salí del baño y me puse unos pantalones anchos y una camisa vieja, caminado mi mata de pelo rubia atusada en una cola de cabello, mi "outfit" perfecto para empacar. Miré al espejo, mi reflejo había cambiado mucho ya no era la niña de antes que se miraba en este espejo con su tutu de ballet ni la chica que intentaba ser una patinadora, mis ojos azules reflejaban lo que yo ya sabía, odia dejar todo esto atrás pero a la vez quería dejar esto atrás y comenzar una vida nueva.

Baje las escaleras y camine hasta la cocina donde Arsh nuestro cocinero francés ya tenía mi desayuno perfectamente listo y oliendo de maravilla .nunca tuve quejas, su comida era la mejor del mundo, trabajaba con nosotros desde que tengo memoria y conocía los gustos culinarios de todos en la casa.

-Mmm, esto huele de maravilla Arsh-dije levantando la tapa del plato perfectamente servido y humeante.

-Bon appétit, y buenos días, aun no puedo creer que hoy sea tu ultimo día viviendo aquí. ¿Quién te cocinara si no soy yo?

-Buenos días a ti también. Pues, no se supongo que Alex y yo tendremos que valernos por nosotras mismas de ahora en adelante. Pero tú no te preocupes vendré todo el tiempo a visitarte a ti y a tu deliciosa comida-dije metiéndome el primer bocado de los deliciosos panckes con jalea.

-Te daré un libro con tus platos favoritos para que los preparen ustedes y no mueran de hambre comida la asquerosa comida recalentada-dije haciendo una mueca de desagrado.

-Está bien, aunque duda que quede igual de rico que cuando tú lo haces. Arsh, ¿has visto a mi madre?

-Si claro, se levanto desde temprano y me dijo que le llevaran el desayuno al despacho y no ha vuelto a salir- dijo señalando el despacho.

Era normal que mi madre se encerara en el despacho que era de mi padre, pasaba horas allí leyendo sus libros y mirando sus fotos. Ella realmente lo extrañaba. Hace casi veinte años que mi padre desaprecio sin dejar rastro, una carta o un porque, se le busco por todos lados pero nadie pudo dar con su paradero. Recuerdo muy poco de el, recuerdo que pasaba horas en su laboratorio y siempre llevaba su bata blanca .era uno de los mejores científicos del mundo sus descubrimientos y teorías habían sido muy importantes y relevantes, hizo que acumulara una fortuna de la que aun disfrutamos, pero si por mi fuera la daría toda por volverlo a ver así fuera solo por un momento.

Le di el último mordisco a mis pancakes y deje los cubiertos junto al plato.

-Como siempre Arsh estuvo delicioso .creo que será difícil vivir si tu comida.

-Claro que lo será -dijo riendo.

-Júralo Arsh-dije saliendo de la cocina.

Camine hasta el despacho de mi madre y toque dos veces la puerta, al tercer golpe ella abrió.

-Buenos días pequeña-ella tenía los ojos hinchados había estado llorando.

-Buenos días mama. ¿Cómo estás?-dije dándole un beso en la mejilla.

Efecto Stolzen: Hora CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora