Capítulo 1

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El pavimento está ardiendo más que el infierno, es verano.

Ni de chiste salimos a jugar a estar horas.

Tomo el teléfono y marco algunos números antes de pegármelo a la oreja. Tardan unos segundos en contestar cuando los dos contestan al mismo tiempo.

- ¿Pasa algo? – cuestiona la pelirroja.

- ¿Todo bien, hermano? –

Parecen preocupados, pero la preocupación se les va en un segundo.

- Les llamaba para ver si querían venir a mi casa y estar en la piscina antes de la comida.

- Llego en unos minutos- menciona Liam antes de colgar.

Solo queda pequitas.

- Le pregunto a mi mamá y te devuelvo la llama en seguida.

- Perfecto.

Sonrió inconscientemente, me encanta pasar tiempo con mis amigos.

...

Después de un rato en la piscina, salimos y solo tenemos los pies dentro del agua.

La pelirroja sigue nadando en la longitud de la piscina mientras Liam y yo la miramos en silencio.

Es realmente hermosa, sus pecas contrastan con su piel casi pálida que con el verano se ve algo bronceada.

Somos amigos desde que tenemos memoria creo o antes, el asunto es que somos vecinos desde hace tiempo.

- Chicos- nos llama Morgan saliendo del agua.

- ¿Qué pasa, pequitas? – le cuestiono con una sonrisa.

- Tengo que decirles algo ...

Su tono de voz a cambiado a uno más serio en cuestión de segundos.

Nos mantenemos en silencio esperando a que continúe.

- Como ya saben Blake es mucho más grande que nosotros- comienza a explicarnos- lo que pasa es que sucedió un problema en la escuela y el simplemente ya no quiere seguir aquí, entonces mis padres lo discutieron y nos mudamos este fin de semana a Canadá.

Lo dijo como si fuera un adulto, cuando simplemente es una niña de 9 años.

Blake nos gana por 5 años a los 3.

- ¿Entonces te vas mañana? - pregunto con apenas un hilo de voz.

- Si

Sus ojos se empiezan a cristalizar por las lágrimas que amenazan con salir de sus ojos claros.

Sin importar lo empapada que esta, voy y la abrazo. Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas con tan solo pensar estar sin ella.

Me devuelve el abrazo aferrándose a mí con toda la fuerza de sus brazos. Liam se acerca y se hace parte del abrazo.

- Prométeme que nunca te olvidaras de nosotros, por favor.

Las lágrimas recorren mis mejillas que ya están coloradas.

- Jamás.

- Siempre seremos amigos ¿cierto? - cuestiona Liam mientras un moco sale de su nariz.

- Claro – le contesta Morgan sonriendo un poco. - Los quiero mucho chicos, prometo que jamás los olvidare.

Al día siguiente comenzó la mudanza de los Howard y para el fin de semana Morgan se había ido a Canadá.

Luciérnagas en un cielo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora