Llegó, mirando el piso con inseguridad, no sabía que podría pasar ahí, en ese mismo momento. La chica lo recibió con una sonrisa en el salón de música, se había quedado a practicar.
—Kaede, te-tengo algo qu.. que decirte..— estaba nervioso y empezaba a tartamudear, no era bueno tratando con la verdad. —¿Oh, si? ¿Qué pasa?— respondió con toda la atención, esperaba que fuera algo sobre su "propuesta"
—.. ¡Te quiero como una amiga! ¿Okay?.. se que esperabas algo con respecto a que te gustó, pero-.. no quiero decir que te odie y me caigas mal, simplemente que preferiría mantener una amistad contigo.—
La chica se quedó callada, sin saber cómo reaccionar. Dió un suspiró, y le miró a los ojos. —esta bien, Rantaro, esta.. bien.— sonrió levemente y dejo el lugar sin decir nada más
¿Eso fue de aprobación o solo una mentira? Pensó, no sabía cómo tomarse la situación actual. Lo único que hizo fue calmarse y salir, dirigiéndose a la entrada.
[...]
—¿Y bien, que pasó?— El de pelo largo aparecio de la nada, asustando a este. —¡Hmph-!.. no lo sé, solo me dijo que estaba bien.. y se fué.— desvió la mirada, abrazándose a sí mismo disimuladamente.
—dudo mucho que haya sido algo bueno, pero tampoco es que sea malo.— cruzo los brazos, viéndolo de reojo.
Suspiró. —estoy cansado..— parecía que estuviera a punto de caerse. —¿Quieres.. que te lleve a casa?— preguntó, por el estado en como estaba sería fácil hacer que olvidará todo. —¡no me toq-..!— cayó, bueno, casi cayó.
Korekiyo logro sostenerlo a tiempo. —de verdad.. necesitas descansar.— lo cargo, como si fuera una "princesa". —¡Suéltame!— Trataba de soltarse, no quería que lo ayudarán, y menos el. —no, no te voy a soltar hasta que te deje donde descansar.. ¿Dónde vives?— caminó, alejándose del lugar.
—no te diré.— se cruzó de brazos, desviando la mirada. —bueno, te dejó en la calle.— estaba apunto de soltarlo, pero este se agarró. —no-no soy un perro.— miraba el piso con temor, esperando a que lo cargará de nuevo, pero al parecer solo se quedó quieto, como si esperara algo. Se quedaron así unos minutos, hasta que Rantaro decidío hablar.
—ugh bien.. mi apartamento está a dos cuadras de acá, ¿Felíz?— dijo un poco molestó, volviendo a ser cargado por el chico. —si, gracias.— sonrió de forma triunfadora, dirigiéndose a donde el peli-verde le había dicho.
En el caminó, se había formado un silencio un tanto incómodo, solo se podían escuchar las pisadas, y demás ruidos del entorno.
—¿Cuánto tiempo estarás enojado conmigo? No te hice nada malo..— habló, sin mirarle para darle su espacio. —callate ya.— no pensaba responder eso, no aún.
Volvió a sonreír tras el cubrebocas. —¿chica promiscua me estás coqueteando? Tu sabes lo que quiero, y yo lo que necesitas.— bromeó, con el objetivo de molestarlo.
—... ¡CAL-CALLATE!— se apartó bruscamente, con suerte de no haber caído. Al parecer su cara estaba roja, y gracias a eso se cubrió el rostro.
—JAJAJAJA es broma, no te ardas floresita.— siguió molestandolo, llegando a un punto dónde esté le dió un golpe. —BWAJAJAJAJA.— rio histéricamente, volteando a verlo.
—pffft- por cierto, ya llegué.— lo soltó, tirandolo al suelo. —QU- ¡¿QUE TE PASA?!— se sobó la cabeza por el golpe, mirandole con miedo. —estoy loco, no lo sé. Bueno, bye.— se dió la vuelta, apunto de irse, pero fue detenido por Rantaro. —no, fue suficiente. Tú, te quedas.— su mirada se tornó a una amenazante, después de todo lo infantil era aparte. —oww, ¿tan desesperado estás que me necesitas? Ternura.— habló en tono burlón, sabía que esto ya era serio, de todos modos no le importó.
—... Solo ven conmigo.— se levantó, entrando al lugar, siendo seguido por Kiyo.
[...]
—ugh, entra.—
Lo dejó entrar, mirando a su alrededor, era una habitación algo pequeña, pero era suficiente para que alguien viva ahí.
—sinceramente, extraño cuando eras terriblemente infantil, y te perdonabas por todo, eras un tonto, lo sigues siendo.— rio levemente, viendo cómo el contrario se sonrojaba.
—y tú eres un terco.— le dió un sape para después sentarse en su cama. —ajá, bueno.. cambiando de tema, ¿Para que me querías acá?— preguntó con cierta curiosidad, mirándolo.
—ah, eso.. e-eso..— se puso nervioso, no sabía que responder al respecto. —simplemente me siento solo, ¿Okay? Debo admitir que me calma tu presencia, ¡No-No diré más!— desvió la mirada, poniéndose más rojo aún.
—ya veo.. ¿Y porque no preguntaste?— se acercó, solo para despeinarlo. —.. te ibas a burlar de mí.— sacudió levemente la cabeza, para arreglar su cabello.
El de orbes amarillas se sentó junto a el, retirándose el cubrebocas de la cara, no era necesario ese momento. Rantaro lo estaba viendo, su mirada bajo de la cara de este hacía su..
¡Espera! No pienses cosas fuera de lo común, Taro. Pensó, y rapidamente se volvio a cubrir la cara.
—oye, mis ojos estan aca arriba.— notó que lo miraba, y solo lo puso más nervioso de lo que estaba. —ah- sí, perdón..—
—¿qué tanto me mirás, te gustó o que?—
Si. Eso fue lo que respondio en su mente, tal vez su boca nunca llegue a decirlo. —¿qu-qué? ¡No, idiota!—
El contrario rio, recibiendo un sape por este. Estaba apunto de decir algo hasta que noto que el oji-verde ya estaba bostezando, se sentia muy cansado. —¿quieres que me vaya para que duermas?— preguntó, no queria ser invasivo. —no, quedate.. duerme conmigo.— lo jaló, haciendo que este quedara arriba de el, casí acorralandolo en la cama. Se quedo callado, pues sabia que estaba tan cansado que no sabía ni que era lo que hacía. Se hizo a un lado, acostandose junto a el, viendo como se había quedado dormido de golpe.
—.. que lindo.— le acarició la cabeza, notando que este se acurruco contra el, abrazandolo para no dejarle ir. —creo.. creo que me estoy enamorando de ti..— susurro, queria pensar que Rantaro estaba tan dormido como para oir lo que decía. Pero en realidad, lo habia escuchado, simplemente no dijo ni hizo nada y siguio durmiendo.
—descansa, tonto.—
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; foto de gatito triste. Buenobueno, prometo que el proximo cap ya sera smut,, ¿porque? No se Simplemente queria escribir algo asi pq los demas fic nsfw q tengo son borradores. Bueno bai
