01. Conocí a alguien

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Querido diario:
¡A qué no sabes lo que me pasó hoy! Sí, a mí, Honey Lemon (ya me acostumbré a ese nombre). Me topé a un chico. Pero no era cualquier chico, era tan apuesto, sonriente, gracioso... Hermoso. No te diré su nombre, y no es por qué tema que éste diario caiga en malas manos, es por que no se lo pregunté. Lo sé, lo sé, ¡estoy loca! Pero ése chico pelinegro me ponía nerviosa. Tanto que comencé a hablarle incoherentemente... Bueno, ¡basta de rodeos! Aquí te contaré todo...
Iba caminando apresuradamente por el pasillo hacia la estación de trabajo de Gogo para recoger unas cosas que necesitaba para mi proyecto. Estaba muy emocionada por completarlo y requería material. Como no había señales de ella, le dejé un mensaje diciéndole lo que me llevé. Volví apresurada a mi área y, no, no choqué con el chico y todo ese cliché barato. Lo que sucedió fue que Gogo no tenía todo lo necesario, aún me faltaba el pigmento color rojo. Te diría lo que era mi proyecto, pero eso no es lo emocionante aquí. Asumí que en el taller de emergencias (es dónde el profesor Callaghan tiene herramientas de emergencia) debería haber pigmento y fui corriendo hacia allá. ¿Qué crees? Ahí estaba frente a mi.
-Mi precioso... Por fin te encuentro pigmento color rojo-. Dije algo emocionada y muy fuerte. Pero yo sentí como cantaba el coro de ángeles y una luz caía del Cielo. Fue entonces cuándo alargué la mano para tomarlo, pero lo hice lentamente, como si se tratara de algo tan frágil que el simple hecho de darle aire de más causara su rotura. Pero otra mano fue más rápida y descuidada que la mía, así que solo vi la espalda de un chico que llevaba una gorra y también mi preciado pigmento.
Yo estaba furiosa, estaba a punto de insultar a la hormiga que pasaba por encima de una llave inglesa pero entonces volvió mi sentido común y seguí al chico.
-¡Hey! ¡Eso era mio!- Comencé a gritarle, pero me di cuenta de que él llevaba audífonos.
Yo sólo pensaba improperios y creía que mi vida estaba arruinada; reprobaría, terminaría en las calles de San Fransokyo pidiendo dinero para comprarle rosquillas a el vagabundo que vive en el contenedor de basura de las Rosquillas Dulces. Pero entonces decidí seguir al chico; mi vida dependía de ello.
-¡Oye, espera! -Grité. Pero mis gritos son agudos, lo que causó que él no me escuchara.
No sabía que hacer. Estaba perdida... Pero entonces se me ocurrió hacer algo brillante. Saqué un tornillo qué llevaba en el bolso de la bata y apunté a su cabeza. Llevaba una gorra, así que no iba a hacerle daño, sólo llamaría su atención. Desde pequeña poseo una gran habilidad en puntería, así que le di al blanco. Al principio se sobresaltó, y yo sonreí victoriosa. Fue entonces cuando se giró y tenía una expresión furiosa. Me quedé helada.
Él estaba lejos de mi, así que no podía verlo bien. Se acercó a mi a grandes zancadas y yo cambié mi sonrisa victoriosa por una tímida. Su gorra se había bajado un poco y le tapaba los ojos.
-¿Tu lanzaste el tornillo desde aquí hasta donde yo estaba?-Preguntó sin emoción alguna en la voz.
-Si, fui yo- Murmuré.
Creí que me golpearía o algo así, pero sólo comenzó a gritar alegremente y a dar saltitos. Lo miré confundida.
-¡Tu puntería es asombrosa!-Exclamó y yo sentí como la sangre fluía de nuevo y debo admitir que me sonrojé un poco por su cumplido.
-Gracias... Eh...-No sabía su nombre, así que me callé.
-¿Donde aprendiste a lanzar así?-Me preguntó y se levantó la gorra dejando ver su rostro. No pude evitar abrir la boca y babear un poco por el chico que tenía delante. Ojos cafés oscuro, tez pálida, pero no demasiado, sonrisa de comercial... Era precioso. Por un momento olvidé que hacía ahí-. Tierra llamando a la chica bonita de cabello largo.
Eso me sacó de mi trance y me puso roja como tomate.
-Lo... Lo siento. No era mi intención... -Se disculpó nervioso, yo sólo sonreí a modo de respuesta. Desde que lo vi no dejaba de mostrar mis dientes.
-Honey Lemon.
-¿Qué?-Preguntó con una ceja levantada. Olvidé que a la gente le parece extraño mi apodo, cortesía de Fred, mi amigo.
-Ese es mi nombre... Bueno, en realidad es Aiko, pero así me llaman mis amigos-. Suspire-. Honey Lemon.
-Oh-. Sonrío. Oh por Dios, su sonrisa.-Mi nombre es...
Justo cuando me lo iba a decir sonó su teléfono. Él lo contestó y enseguida tomó aire preocupado. Luego de unos segundos colgó.
-¿Pasa algo?-Le pregunté.
-No... Sí, lo siento Honey Lemon. Debo irme-.Y se fue corriendo con su mochila. Mi subconsciente me reprochaba mi torpeza y eso causó que me pusiera furiosa conmigo misma. Él había dejado el pigmento en la mesa de trabajo y yo no lo tomé. Me sentía extraña, unas mariposas se acumularon en mi estómago y me odiaba a mi misma por tener un destino tan cruel. Sólo a mi me pasa que conozco a un chico lindo y se tiene que ir sin decirme su nombre. No pido nada más. Sólo quiero saber su nombre. Su sonrisa quedó plasmada en mi mente y él irradiaba una alegría inexplicablemente contagiosa.
Bueno, ésa es la historia. Por favor, querido y precioso diario, ruega que lo vuelva a ver. Nos vemos mañana.
Tal vez sueñe con él... Eso espero.

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¡Primera parte! Este es mi primer fanfic Tadahoney y será el diario de Honey, por lo que serán capítulos no tan largos y narrados en pasado. Me estoy esforzando mucho por escribirlo porque es mi primer proyecto de este tipo y espero que les guste. Por favor dejen sus comentarios (acepto críticas) y voten. Recuerden seguirme y revisar el horario de actualizaciones que esta en mi perfil. Cualquier duda, no duden en enviarme un mensaje.
Gracias.
Besos
DivergentOnFire

Missing you || Saga Y.O.U #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora