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Underneath the Mistlethoe

Underneath the Mistletoe

Quien iba a creer que un demonio de la navidad, tan aterrado y aborrecido como lo era él, acabaría sucumbiendo tan profundamente a los encantos de una maravilla invernal.

Se preparó temprano esa noche, la Luna blanca como la leche iluminaba la entrada de la cueva, el brillo rebotaba contra las bolas de cristal en su repisa. Las velas negras y rojas daban luz al interior de su recamara, los adornos de navidad perfectamente arreglados desde la noche anterior.

Encontró su silueta frente al espejo, todo en su lugar. Ató los cascabeles a sus caderas y a la punta de sus cuernos con listones rojos, la cadena negra y oxidada de su arpón colgándole del hombro derecho mientras que el arma descansaba en la vaina atada a su izquierda junto a los cascabeles. Su barba perfilada a la perfección y las pezuñas bien limadas para pisar firme. Se dió un último vistazo al maquillaje de carbón que ensombrecía sus ojos, éstos brillaron, realzados, como la brasa. Se acomodó el broche de la capa invernal, las hombreras de piel de oso sobre la misma, se puso la capucha (con mucho cuidado de atar correctamente los cordones que rodeaban los cuernos). Entonces estaba listo.

Una melodía melosa no dejaba de repetirse en su cabeza, noches atrás habría intentado resistirse siquiera a canturrearla, ahora la cantaba a todo pulmón; melodiosa e inspiradora como la razón que lo motivaba.

Camino con paso decidido, la espalda recta, casi como si estuviera practicando la postura; sacando el pecho. Se detuvo frente a la entrada de la cueva, a la luz de la luna e inhaló profundamente.

"I've got a crush, la-la-la-la-la-la
Like a school girl"

Dio un brinco tan alto como el pino más alto, saliendo por la entrada de su cueva llameante; de aquél pozo infernal y profundo al que llamaba hogar.

"And I wanna rush, la-la-la-la-la-la
Like a fool would"

Sus pezuñas rompieron la nieve al impactar contra el suelo, derritiendola, seguidas de una cascada de cascabeles que marcaban el ritmo como tambores de guerra. Unos tambores inocentes y adorables.

"So, step on the gas, la-la-la-la-la-la
Come on over"

Los témpanos de hielo se derritieron a su paso, las piñas de los árboles ardían y explotaban como luces navideñas, las ardillas y otras alimañas corrían a ocultarse en sus madrigueras.

"'Cause babe, it's Christmas, la-la-la-la-la-la
I wanna know ya"

En la distancia, podía oír como las familias y demás personas del pueblo nevado se atrincheraban dentro de sus hogares.

Pero el cabrío siguió cantando, ya que esta noche no era tras ellos por quiénes iba, sino tras ella.

"Run to me, run to me through the white night
'Cause I adore ya"

Se encontró a sí mismo corriendo más rápido, dando brincos emocionados y elusivos, bajando por la ladera de la montaña, esquivando árboles y troncos caídos.

"Run to me, run to me through the white night
I'm waiting for ya"

Pensó en ella. En su sonrisa y en su mirada soñadora, en su dulce voz tan apaciguadora y en lo ilusionada que estaría por su obsequio.

"It's Christmas time, so run for your life
Oh, Hallelujah",

Porque sí de algo se trataba era de ella, jamás había preparado algo con tanta antelación y dedicación, tan solo por el hecho de soñar en la belleza y la alegría de su expresión al romper el papel de regalo. ¿Así se sentía ser un Santa Claus?

No. No era un Santa Claus. Ella le había dicho que era perfecto en su propia naturaleza, que no necesitaría ser algo más para ser mejor.

Se preguntó si ella sabría lo perfecta que se veía ante sus ojos.
¿Has visto tu reflejo en ese estanque congelado alguna vez?