After the Storm

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El sonido del agua chocando contra las rocas, un sonido estruendoso pero relajante de alguna manera.

La brisa bañada en sal marina inundado sus fosas nasales.

Y el frío de una fresca mañana en las costas del arrecife.

La luz del sol se alzaba tenue por el horizonte. Debilitado por la espesa capa de nubes que yacía justo sobre él.

Pyke escuchó los susurros desconcertados de sus compañeros de tripulación; voces distantes y fáciles de ignorar, su objetivo yacía en encontrar algo más.

Se abrió paso entre los mástiles rotos y las velas rasgadas, cuerdas perdidas y cortadas entre tablones despedazados. Todo estaba cubierto de algas, sal y sangre...

... Sangre con olor a mar.

Habían sobrevivido a la tormenta de milagro, bueno, ellos mejor dicho. Ellos habían sobrevivido a la tormenta de milagro.

No tenía una imágen clara del pasado, incluso si lo fue cercano, una noche atrás quería suponer.

La nube maldita los tomó por sorpresa, con gritos de relampagos y aullidos como un vendaval.

Luego las aguas se volvieron inestables, no podía escuchar sus propias voces dentro de aquel coro macabro. Pero si recordaba algunas palabras gritando  órdenes, indicaciones... Una decisión mal tomada y todo se echó a perder.

Y entonces arriba era abajo. Agua.

Batalló incansablemente contra la oleada de espectros; se sumergían con ellos, los jalaban hacía arriba y los volvían a hundir. Por un momento sintió que podría ahogarse de nuevo, en un mar de gritos, rodeado por desconocidos.

Nami se arrastraba débilmente por entre la arena, agotada. Incluso con la fuerza para blandir la marea era difícil luchar contra una tempestad, el océano tiene vida propia.

Pero su objetivo jamás había sido luchar contra la tormenta.

El mar se alzaba enloquecido, sacudiéndose los espectros como un perro se sacude las pulgas.

Todo su cuerpo dolía.

Pyke recordó aquel breve instante, en el que sus compañeros luchaban por mantenerse a flote, garras oscuras arrastrándolos al fondo.

Pero entonces la vió, la luz fría de la luna nadando frente a él, luchando con las bestias de sombra y sacando los mortales de vuelta hacia la superficie.

Perdió la cuenta de cuántas veces debió devolverles el oxígeno. Ella también curó sus heridas en el instante en que fueron hechas. Sus ojos sangraban del dolor, pero su luz permaneció brillante.

Ella lo tomó por el brazo y abajo volvió a ser arriba. Ahora él la ayudaría a ella.

Se sintió poderoso, atravesando y desgarrando las hordas de espiritus frente a ellos, yendo de arriba a abajo en segundos al punto en que dejó de distinguir las polaridades.

Cazó, audaz y hambriento como siempre había sido, sabiendo ahora que tenía a alguien que le cubría la espalda.

Sobrevivieron.

La encontró entonces; entre un desastre de cuerdas y algas, siguiendo los suaves quejidos de dolor que emitía, siguiendo la sangre que derramaba.

Estaba desnuda, de espaldas, con cientas de cortaduras ardiendo sobre su piel. Tenía las escamas rotas y opacas, su respiración forzosa debido un par de costillas rotas. Sus aletas y cola magulladas, por suerte no se llevaron la peor parte.

Tomó uno de los pedazos de tela hecha girones que había por ahí y la cubrió con ella, así el sol no empeoraría las cosas.

Nami lo miro directamente a los ojos, no supo definir si su mirada era de lamento o de compasión.

Él la cargó entre sus brazos con la mayor delicadeza posible para no ejercer presión sobre sus heridas.

Ella se recostó sobre su hombro sin emitir quejido.

- Gracias.

Pyke acarició su cabello con ternura.

- Gracias a ti, Nam's.

El besó su frente con suavidad y secó sus lágrimas con la misma delicadeza.

Redacciones | League Of Legends | Pyke X NamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora