CAPÍTULO 2

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FUTURO INCIERTO
PARTE II


Solo tuve que acercarme un poco más para poder verlo. A unos escasos pasos de mí se encontraba la foto de mi amiga y justo a un lado un ataúd. Su ataúd.

De pronto ya no podía moverme, el ruido a mi alrededor desapareció, solo escuchaba un pitido agudo en mis oídos.

Y un dolor se hizo presente, algo oprimía mi pecho. Duele…
Mi cabeza empezó a llenarse de pensamientos, no otra vez, por favor.
Las lágrimas fluyeron, y no se iban a detener. Di los últimos pasos que me quedaban para poder estar a lado de mi amiga, cuando por fin pude verla, el dolor aumentó, no podía tragar saliva, un nudo en mi garganta me lo impedía.

Ahora solo podía hacer una cosa: llorar.

Me quedé en un rincón sentada y llorando, quién sabe por cuánto tiempo, sólo sabía que al menos ya pasaron un par de horas.
Las personas venían, dejando una rosa o varias, junto con condolencias hacia los padres y familiares de Amelie.

Llegó un momento en el que ya no entraba más gente. Ya es hora.

Se llevarán el cuerpo a donde se supone sería la cremación.

Nos pidieron que diéramos el último adiós, y sólo en ese momento volví a mis sentidos. Mael sujetó mi brazo y fuimos a despedirla.

Sus padres estaban ahí, llorando desconsoladamente. ¿No es eso ser hipócrita?.
La mitad de la vida de Amelie fue un infierno por su culpa. Pero ahora estaban, ¿llorando?, estaban ¿dolidos?. Já, cómo si eso fuese posible.

Los miré, pero ellos no se atrevían a mirarme.
Les pregunté algo de lo cual no quería respuesta, pero la necesitaba:—¿Cuándo?

—Ayer— respondieron.

—¿Cómo…¿Cómo fue que ocurrió esto?— pregunté, nuevamente el nudo en mi garganta se formó.

—Amelie se quitó la vida

—¡Mentira!. Díganme la verdad—grité.

Giré al ataúd y a través del cristal vi la marca en su cuello.

—¡¿Qué le hicieron?! —grité nuevamente.

Fui a donde estaba sentada, tomé la silla con la intención de ir a golpear a los padres de Amelie. Mael me detuvo, me abrazó, pero yo no estaba ahí, el dolor se transformó en ira y eso se apoderó de mi cuerpo.

—¡Suéltame!!! — grité —Amelie no se quitaría la vida. —¿Qué fue?! ¿Qué fue lo que le hicieron?!

Sus padres callaron, Mael me sostuvo más fuerte.

No estaba preparada para despedir a la única persona que estuvo con migo desde el inicio pero no estaría ahí hasta el final.

Me volví tan débil sin darme cuenta, tan débil que llegué a depender de una persona, de Amelie.

Mi mente no soportaría tanto y lo sabía, ahora posiblemente estaba perdiendo la cordura.

Después de todo las palabras de mi madre se harían realidad, siempre fuí cómo ese hombre.

"Una vida común"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora