EL SECRETO DE MAMÁ

AROMA A LUJURIA

AROMA A LUJURIA

En una habitación de un lujoso hotel, se encontraban una hermosa mujer de cabellera rubia, y un joven adulto de cabellera blanca, consumando su amor a través del acto carnal, como ya estaban acostumbrados.

La mujer ya hacía con sus piernas abrazando el cuello de su joven amante, mientras sus manos eran tomadas con fuerza por encima de su cabeza por este, y su boca era invadida, impidiéndole gesticular palabra alguna, pero siendo honestos, este par de amantes, no necesitaban ya de palabras para saber cómo complacer a su acompañante.

Por lo que simplemente se dejaban embriagar por el placer como llevaban años haciéndolo, mientras una sinfonía se escuchaba de fondo siendo esta generada por el golpeteo de ambos mientras se convertían en un solo ser.

Así estuvieron ambos amantes, disfrutando de la pieza musical que más amaban escuchar, hasta que el clímax llego para ambos, rápidamente el golpeteo comenzó a acelerarse, mientras que la hermosa mujer comenzaba a temblar, anticipando lo que iba a ocurrir.

Una poderosa y caliente descarga comenzó a entrar dentro de ella, provocando que algunas gotas de su dulce néctar salieran disparadas, sus piernas abrazaron con más fuerza el cuello de su amante, apretó sus manos, y arqueo su espalda por el placer, llegando a sentir con su pecho el tonificado cuerpo de su joven amante.

Mientras que un fuerte gemido de placer fue ahogado por la lengua que ya llevaba horas invadiendo su boca, lentamente la lengua invasora comenzó a retirarse, mientras que los labios del amante se separaban de los de ella, permitiéndoles respirar con fuerza a causa del agotamiento.

Ambos se miraron a los ojos, juntaron sus frentes, y se sonrieron tiernamente, él la beso dulcemente en los labios, y del corazón de ambos salió un pequeño...

TE AMO.

Lentamente el amante comenzó a retroceder, permitiéndole a su pareja bajar las piernas, sin sacar su miembro en ningún momento, a él le encantaba sentir el calor con el que solo ella podía envolverlo, y lo disfrutaría todo lo que le fuese físicamente posible.

La mujer de rubios cabellos solo veía con una sonrisa como su amante se negaba a separarse de ella, y ella amaba eso de él, le encantaba sentirlo dentro de ella, sentir como su amor la hacía sentir amada... plena... satisfecha.

Pasaron los minutos, en los que la pareja disfruto la sensación de estar unidos, pero incluso las mejores cosas de esta vida, tienen que terminar, lentamente el miembro del amante comenzó a enfriarse, mientras que este reducía su tamaño.

Por lo que procedió a salir de ella, trayendo el preservativo consigo, ambos vieron con tristeza el plástico usado, el amante se sentó a un costado de la cama, y procedió a desechar el plástico en un bote cercano.

Ambos cruzaron miradas nuevamente, y procedieron a reírse.

−

Lincoln: 99, -mirando el preservativo en su mano- queda uno.

Rita: -llevando su mano a su intimidad- ¿y que esperas? -introduciéndose un dedo- Aún tenemos mucho tiempo.

Lincoln: -suspira con cansancio- sabes que no te rechazaría ni siquiera si estuviera drogado, pero soy un simple humano, hay un límite en la cantidad de veces que puedo correrme antes de morir deshidratado.

Rita: -cruzándose de brazos- eres cruel, -haciendo un puchero- rechazar a una mujer que te espera ansiosa para otra ronda.

Lincoln: -sonríe con burla- vamos, no actúes como una niña pequeña.

Rita: -molesta- bien, entonces actuare como tu madre, creí que tu padre y yo te habíamos educado mejor que esto.

Lincoln: -fingiendo tristeza- por favor, soy solo un hombre.