Sus boxers habían volado en un par de segundos a encima del secador de manos, pero no le podía importar menos mientras sentía la mirada de Wooyoung quemarle la piel.
Se tiró la falda un poco más arriba mientras miraba a Wooyoung por el espejo. El rubio estaba apoyado en la muralla de uno de los cubículos y de brazos cruzados remarcando sus biceps sin dejar de ver su cintura para abajo. San mordió sus jugosos labios, subiendo un poquito más la falda entre sus dedos para que se viera el inicio de sus nalgas al igual que los chupones que allí reposaban. Estaba algo sensible por el aire que chocaba contra su polla y sus testículos desnudos al igual que el roce de sus muslos contra estos mismos mientras meneaba las caderas, la falda plizada ya cubriendo casi nada.
Wooyoung aún no se acercaba y él estaba entrando en desesperación, la temperatura de su cuerpo era tan alta que se sentía sudar, sentía su sangre en su vientre al igual que un dolor casi insoportable comenzar a acumularse allí, pero no se tocaría, a Wooyoung no le gustaba que se tocara sin que se lo ordenara y él era alguien obediente.
Aún así, no evitó apoyar su estómago en el borde del lavamanos con cuidado para que no doliese debido a su bochorno, inclinándose un poco y llevando sus manos delicadas hacia su trasero, paseando sus dedos tentativamente por su piel caliente que quemaba de forma gratificante ante el roce de la piel y la ropa.
―Tengo una sorpresita para ti―. Ronroneó, acoplando sus palmas en sus globos con coquetería, y apretando suavemente estos mientras observaba con ojos centelleantes y desosos a Wooyoung por el espejo.
Wooyoung enarcó una ceja, sutilmente apoyándose en la pared del cubículo para no caer y succionando su propio labio inferior, sus pantalones de vestir apretaban de forma asfixiante. San se veía tan jodidamente perfecto en ese momento, el cabello negro hacia un lado mostrando su limpia frente, aquellos ojos dilatados tan grandes y brillantes, cargados de una excitación y lujuria necesitada, sus rosados mofletes por el asfixiante aura sexual, labios rojos e hinchados, tan besuqueables y mordisqueables. Aquella blusa que se ceñía a su cuerpo tan ajustada, Wooyoung podía notar a través del espejo esos botoncitos cafecitos que eran uno de los puntos erógenos de San duros y erectos por debajo de la tela. La cintura de San, tan deliciosa, delgada y estrecha, tanto que cualquier fémina podría tenerle envidia a la suave curva cóncava a los costados de su estómago y en donde el pliegue de la falda se ajustaba sin problemas, cayendo agraciadamente por sus caderas poco pronunciadas y cubriendo hasta la mitad de ese pomposo trasero suave que Wooyoung amaba golpear. Y para rematar esos jugosos, tonificados y esbeltos muslos lampiños y temblorosos, en donde reposaban al interior de estos y cercanos a la depilada entrepierna de San pequeñas marquitas moradas que él mismo se había encargado de crear en encuentros anteriores.
San era perfecto, nadie podía compararse a ese pelinegro aunque intentara durante años, San simplemente existía y eso rompía todas las barreras de la perfección, y que Wooyoung sea el único capaz e dominar a esa cosita de carácter fuerte y egocéntrico, el único capaz de poder desnudar a San cada vez que se lo proponía, de besar esos jugosos labios perfectos, de morder y marcar esa piel. Wooyoung era un jodido afortunado al tener a San en la palma de su mano cuando nadie más podía hacerlo, pero claro, eso no le era suficiente como para dejar de ocultarse.
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𝐋𝐀𝐓𝐄, 𝐒𝐊𝐈𝐑𝐓 𝐁𝐎𝐘. ☪ٛ ᴡᴏᴏsᴀɴ.
Fanfic✎℘ ⸾ San ha llegado tarde justo el día donde debía intercambiar uniformes con sus compañeras mujeres. [ ཻུ۪۪⸙͎ ] Historia original y completamente permitida por @hwalight. ⠀⠀⠀⠀Adaptación Woosan. ⠀⠀⠀⠀✨Smut✨.