𝐋𝐀𝐓𝐄, 𝐒𝐊𝐈𝐑𝐓 𝐁𝐎𝐘. ☪ٛ ᴡᴏᴏsᴀɴ.

seis (extra).

Cuando San cerró la puerta de su casa, se sintió demasiado nervioso por la presencia de Seonghwa en ella. Y era tan tonto, conocía a Seonghwa hace años, era uno de sus mejores amigos ya quien más le tenía confianza, incluso fue Seonghwa quien le exigía comer cuando había pasado ese corto periodo de despecho con Wooyoung, ¿por qué se sentía tan nervioso de haberlo invitado?

Bueno, si tenía razones para estarlo, ¿es normal invitar a alguien solo para modelar una tonta falda y buscar cariño a través de elogios? San se estaba sonrojando, sintiendose algo tonto, ugh, fuera del instituto era un simple niñito sin carácter.

Su estómago dio un vuelco cuando Seonghwa, luego de sacarse los zapatos, se giró hacía él para mirarle, de igual forma, las mejillas de Seonghwa estaban algo sonrosadas, San se quería morir.

―¿Qué pasa?―. Preguntó Seonghwa con una sonrisa, no era burlesca, era tenue y agradable.

San negó, mirando hacia abajo y apretando los labios, intentando buscar confianza. No pensó llegar a esta situación el día de hoy, ni ningún otro día en realidad, ni si quiera podía procesar bien aún su discusión con Wooyoung y como había sido vilmente rechazado. Uh, no le había contado nada a Seonghwa, tampoco quería hacerlo, ¿y si Seonghwa pensaba que solo lo usaba para recibir cariño? No quería eso.

Estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, debía calmarse. Seonghwa ya estaba allí, esperando verle, no podía acobardarse ahora. Así que se quitó los zapatos y dejó caer su bolso a su costado, avanzando hacia Seonghwa sin levantar la cabeza aún y en silencio, agarrándolo de la mano, sin evitar el detalle de lo pequeña que se veía la suya en comparación a la del mayor, y comenzando a jalarlo por su casa de solo un piso hasta su habitación, Seonghwa se dejó hacer aunque realmente no necesitase orientar en el hogar del pelinegro.

San los metió a ambos en su habitación, y a pesar de estar solos, cerró la puerta igualmente antes de seguir jalando a Seonghwa hasta posicionarlo frente a su cama. San alzó la cabeza un poco, rojo como un tomate, solo para cruzarse con el también sonrojado rostro de Seonghwa. Subiendo las manos hasta esos anchos hombros, empujó a Seonghwa hasta que quedó sentado en su cama.

¿Y ahora qué hacía? La vergüenza le estaba pasando la cuenta, ¿realmente había invitado a Seonghwa a verle con una falda puesta? San quería llorar, el miedo de no saber como reaccionaría el peligris lo bloqueó por un momento. Estaba bien, Seonghwa ya lo vio en falda en una vez, pero había sido totalmente diferente a ahora, ya que Seonghwa igual había ocupado falda, y sus 13 compañeros varones igual ese día.

Ahora estaba solo, con Seonghwa sentado en su habitación con la puerta cerrada, y él era el único que se pondría una falda. Los nervios lo consumieron.

―Yo no...―. Empezó, su mano sobando su antebrazo y buscando qué decir con esos ojos oscuros y profundos encima. ―Yo no... le he dicho a nadie que compré una falda y... es primera vez que me la probaré, uh, es algo... nuevo... seguro piensas que es raro―. Soltó una risita al terminar, intentando aligerar el ambiente.