Sonríe Para Mi

2|Dylan

-Octubre 19, 2022-

«¿Qué hora podrá ser? Estoy demasiado cansado para tomar el teléfono, lo más seguro es que ya casi sean las 6:00 AM, debería pararme y alistarme, pero que caso tiene, prefiero dormir un rato más...»

¡RING!

El sonido de la alarma inundo la obscura habitación, el suelo cubierto por una alfombra de ropa sucia, la cama y la silla del escritorio igual, todo era un caos perfecto.

«¡Maldita alarma de mierda!, no se ni porque voy a la escuela, es una perdida de tiempo, prefiero quedarme aquí y dormir para siempre, sin necesidad de pensar». Lentamente quito la manta que lo cubría, volteo a ver el techo y con un leve suspiro se levanto. -Odio mi jodida vida.

Tomo el uniforme que su madre había dejado acomodado la noche anterior. El uniforme compuesto por un pantalón formal gris, una camisa blanca, una corbata de los colores representativos de la escuela, rojo y amarillo, y el saco que poseía el escudo de la escuela del lado derecho del pecho, ya casi listo para salir a desayunar, tomó su mochila solo para confirmar no faltará nada.

¡TOC TOC!

Un golpeteo repentino se escucho proveniente de la puerta.

-Dylan, cariño ven a desayunar-. Era la tierna madre de Dylan, como siempre preocupándose por el.

-Ya voy, solo estaba acomodando algunas cosas-. Contestó mientras tomaba su mochila para salir de su habitación.

-Esta bien, iré a darme una ducha. No olvides que hoy tus hermanos tienen practica, te tendrás que quedar con ellos hasta que salgan...-. La voz se disipaba tras la puerta.

Dylan se acercó a la puerta y con un suspiro dijo "a empezar otro jodido día", giró el pomo y al fin abrió la puerta. Su cuarto se encontraba enfrente de las escaleras que llevaban al primer piso, justo enfrente de la sala, al bajar pudo observar a su hermano Damián viendo una caricatura que desconocía.

-¡Hey, Dylan!. Cuando ya vaya a acabar la practica de los gemelos me llamas para pasar por ustedes.

-No vas a recoger mamá.

-No, hoy tiene turno extra en el hospital.

-Esta bien, yo te aviso.

-Bien. Apúrate que tienes que desayunar que ya casi es hora que se vayan.

-Aja...

El resto de la mañana transcurrió como de costumbre, los gemelos platicaban gritando, Damián veía la tele y nuestro protagonista sólo comía en silencio. Después de un rato el trio de hermanos ya se encontraban en sus respectivas clase, al igual que en la mañana las clases transcurrieron sin ninguna dificultad, los profesores dejando tarea, regañando a sus alumnos, lo normal, hasta que...

-Bueno chicos, dejemos la clase hasta acá, tiene el tiempo libre que queda hasta la salida-. Recogió sus cosas con cuidado y salió del salón.

Dylan miro su reloj, faltaban 10 minutos para la salida, pero aunque faltara poco el no podría irse hasta una o dos horas después que todos. «¡Malditos, ¿Cómo se les ocurre inscribirse en el club escolar?! ahora me tengo que joder yo, solo por ellos». Tomo sus cosas, las guardó y salió del salón.