Capítulo 6:

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¿Donde estaba? ¿Que había pasado? Empecé a despertarme poco a poco, cuando noté que no podía mover los brazos ni el cuello. Abrí los ojos y vi que estaba en un sótano, en una celda, esposada de manos y cuello.

Empecé a moverme nerviosa y a toser por los golpes que me está dando en el cuello.

-¡¿Anya?! - Gritó Eren. Estaba en la celda de al lado, pero no podía verle por la pared que nos separaba. -¡¿Anya, eres tú!?

-¡¡Eren!! - Grité con lágrimas. - Estoy atada, no puedo moverme.

- Yo también, no te preocupes, nos sacarán de aquí. Pixis nos dijo que-

-¡No! ¡Para ya! Por culpa de ese tal Pixis estamos aquí atados, nos van a matar Eren. - Grité nerviosa mientras no paraba quieta al intentar quitarme las esposas. - Teníamos que haber escapado, pero vosotros nunca me hacéis caso.

-Anya, tranquilízate.

¿Por qué estaba tan calmado? Iban a matarnos, y él seguía confiando en la legión, en Pixis y en todos los del ejército. Yo no confiaba en nadie, no nos habían dado ni una oportunidad, y el único que escuchó nuestra versión nos ha atado como delincuentes.

- ¿Es que no entiendes nada? - Volví a gritarle. - A ti van a matarte, y a mi me cortaran en trocitos para descubrir si soy como tú o no.

-No... - Escuché que dijo Eren.

-¡Sí! - Dije enfadada. - Tenemos que salir de aqui, tenemos que escaparnos y luego -

Me callé al escuchar el sonido de una puerta, alguien venía. Me callé pero no deje de intentar sacar mi mano de esa esposa.

-¿Y luego que? - Me giré y vi que había hablado el capitán Levi.  Era el capitán del escuadrón, el líder de los soldados, el soldado más fuerte de la humanidad. - Hemos escuchado toda vuestra conversación y te he visto muy habladora, me gustaría que siguieras así.

Me quedé quieta al notar que me estaba saliendo sangre de la muñeca con mis intentos de sacármela. Miré al frente y vi que a parte del capitán estaba el comandante Erwin. Esto se estaba poniendo serio.

-No sabe lo que dice, señor. - Escuchó que dijo Eren. - Confiamos en Pixis y en vuestra decisión.

-No te he hablado a ti, mocoso. - Gruñó Levi. - Vamos, niña, di algo.

Sentí el reflejo de recoger mis piernas lo que pudiese a mi cuerpo, de protegerme. ¿Como podía ese hombre imponerme más que un titán de 20 metros?

Intenté que no se me notará el miedo y le miré a los ojos.

-A ti no tengo nada que decirte - Dije intentando parecer furiosa. En el fondo lo estaba, pero mi primer sentimiento ahora era de miedo. - Soltarnos de aquí ahora mismo.

El capitán Levi entrecerró los ojos y hizo una mueca de enfado. Creo que no era la respuesta que quería.

-¡Anya! - Dijo Eren con voz recriminatoria desde la otra celda. - No puedes hablarle así.

-¿Quién te crees que eres para hablar así a un superior? A tu superior. - Dijo Levi acercándose a mi celda. Esta vez sí que recogí mis piernas. - Si quieres que te saque de aquí tendrás que ser más dócil.

Dejé de mirarle y giré mi cabeza a la pared. No quería saber nada más de lo que tuviese que decir. Si quisiera ayudarnos ya lo habría hecho.

-Mirame. - Sentí que dijo entre los barrotes. No le hice caso. - No me hagas entrar.

Imaginar que entraba a mi celda mientras yo estaba inmovilizada me puso los pelos de punta. Poco a poco puse otra vez mi mirada en su cara evitando sus ojos.

-Soy el único que puede sacaros de aquí. Todos los demás escuadrones no se fian de vosotros, quieren mataros. Así que si quieres ayudar a tu hermanito y salir de aquí con vida vas a hacer lo que yo te diga, ¿entendido? -Dijo Levi furioso pero con un cierto brillo en los ojos. ¿Era un psicópata o qué? - Me gustaría escuchar una confirmación de que me has escuchado, niña.

-Anya, por favor... - dijo Eren desde el otro lado. - Pórtate bien, hazlo por nosotros, no puedes morir por esto. Por favor.

Suspiré, estaba siendo una estúpida y lo sabía. Sólo estaba pensando en mi vida y no solo estaba yo en juego. Tenía que obedecer  a esta gente para salvar a Eren. Pero seguía sin fiarme. Me quedé en silencio, el capitán y el comandante esperaban, note la respiración nerviosa de Eren.

- No sé que queréis de ella, pero tenéis que centraros en mi, yo soy el titán. - Volvió a hablar Eren. - Yo soy el que tiene la llave del sótano, soy yo quien puede ayudaros, ella no sabe nada. Ni siquiera debería estar aquí.

Levi se giró a mirar a Erwin que estaba sentado en una silla observando la situación.

- Agradecemos qué estés tan dispuesto Eren. - Dijo Erwin mirándole. - Pero tienes que entender que tu hermana también está metida en esto y de su parte solo hemos recibido silencio o amenazas.

Me puse en tensión. ¿Estaba siendo mi culpa todo esto al fin y al cabo?

- Ella solo está asustada... - Me defendió Eren. - Ella no sabe nada más de lo que yo os he dicho. Tenéis que creerme.

Levi volvió a mirarme y yo desvíe su mirada otra vez. Escuché qué soltó un "tsk" enfadado.

-Yo me ocuparé Erwin. - Dijo al final Levi. - Yo me los quedo, ya me ocuparé más tarde de domar a la cría.

Iba a quejarme pero pensé en que Eren también tendría consecuencias si ahora insultaba al que sería nuestro capitán.

Erwin y Levi se acercaron y empezaron a cuchichear mientras nos miraban. Al final llegaron a una conclusión que nunca sabríamos y se fueron.

- Van a matarnos. - Susurré mientras me acurruqué por fin.

*

Pasaron días. No sé cuántos, pero una eternidad bajo mi punto de vista. Eren no paraba de decir que confiará, que tuviese paciencia.

Él siempre había admirado al capitán Levi y su comandante, no era objetivo con la situación que teníamos ahora. Si nos iban a sacar de aquí, ¿por qué seguimos aquí metidos?

Sentimos la puerta abrirse, pero no era un guardia normal con nuestra comida, era la comandante Hange. Se fue decidida para la celda de Eren y me puse nerviosa.

- Cuántas ganas tenía de verte así de cerca. - Dijo Hange ansiosa. - Cuando os saquen de aquí tienes que transformarte en titán para mí, por favor.

La miré extrañada, pero me había gustado la frase de "cuando os saquen de aquí".

-¿Y cuando será eso? - Pregunté ansiosa. Vi que me miró dándose cuenta de mi presencia. Sonrió y se acercó a mí. - Cuando nos sacarán de aqui, digo.

Hange se rió y se puso en el mismo sitio donde se había puesto el capitán Levi hace unos días. Estaba nerviosa pero no me temblaba todo el cuerpo como con él.

- Me han dicho que no eres muy habladora, me alegro que no sea cierto. - Me dijo ella alegre. - Puede que sea hoy el día, pequeña.

Hange miró para su izquierda y llamó a unos guardias. Me puse en tensión y acerqué mis piernas a mi cuerpo preparada por si tenía que dar alguna patada. Miré a los lados y vi como entraban varios guardias.

- Tranquila, - escuché que me dijo Hange. - Vamos a desataros para llevaros al juicio, ahí estarán Erwin y Levi para no dejar que os pase nada.

¿Juicio? ¿Al final sí que iban a ayudarnos esos dos?


La obsesión del capitán (Levi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora