La obsesión del capitán (Levi y tú)

Capítulo 18

Habíamos llegado a ese castillo donde nos quedaríamos estos días hacia unas horas, pero Levi no nos había dejado hacer otra cosa que limpiarlo todo. Creo que era un poco alérgica al polvo porqué no dejaba de estornudar.

Ahora estaba limpiando una habitación con Erd, uno del escuadrón de Levi.

- ¿Sabes dónde ha mandando a mi hermano? - Dije antes de volver a estornudar un par de veces. - Perdón, creo que es el polvo.

Erd se rió y vino hacía mi para cogerme el plumero y darme su escoba.

- Ya me ocupo yo del polvo de las ventanas, acaba de barrer por ahí y ya estaría. - Me dijo Erd amablemente, le sonreí agradecida. - Y Eren estaba con el capitán, no sé dónde le habrá mandado, pero no te preocupes.

No es que estuviera preocupada, confiaba en Levi, pero simplemente me ponía nerviosa no estar con mi hermano o no saber dónde estaba. Supongo que es lo que le pasaba a él también y por eso se enfadaba tanto cuando desaparecía sin decir nada.

Asentí con la cabeza a Erd y me dió unas palmadas en la cabeza sonriendo.

- ¿Como lo llevas todo? ¿Mejor, verdad? - Me preguntó mientras repasaba el polvo que había dejado, volví a estornudar. - Eren nos contó que te volviste a meter en líos con el capitán.

Maldito chivato. Bufé mientras agarraba el palo de la escoba pensando alguna mentira.

- Es qué no sé, le enfado sin querer. - Erd se empezó a reír y yo a estornudar. - ¡No te rías!

Y de golpe Erd dejo de reírse y empezó a limpiar otra vez, eso hizo que se me saliese otro estornudo.

- Cadete. - Dijo Levi en la puerta. Pegué un bote del susto, no me lo había esperado. Empecé a barrer disimuladamente. Se acercó a mí a pasos fuertes, sacó un pañuelo blanco que tenía en el bolsillo y me lo ató de la nariz para abajo. - Ponte esto y deja de estornudar me estás dando dolor de cabeza.

Asentí y vi como daba una vuelta por la habitación, se quedó mirando fijamente a Erd unos segundos que hizo que se le cayera un cubo que tenía al lado de los nervios. Levi chasqueó la lengua con desagrado y volvió hacia mí.

- Erd acaba la habitación tú solo. - Dijo sin mirarle, luego me cogió la escoba y la tiró al suelo. - Y tú, ves a limpiarme mi habitación. Ahora.

Le miré confundida pero salí de allí, me gustaba más el Levi cuando estábamos solos. Fui para su habitación de aqui pero al entrar vi que estaba todo reluciente. ¿Que quería que limpiara de aquí? Ya me habían dicho que era un obsesivo de la limpieza, pero estaba todo impecable.

Aproveché para mirar en su escritorio para cotillear, simplemente por curiosidad que se había llevado. Pero de golpe se abrió la puerta y me pegué otro susto.

- ¿Que hacías ya, mocosa? - Dijo con su tono de siempre. - Ya puedes quitarte eso, aquí no hay ni una gota de polvo.

Me quite su pañuelo y fui hacía él para abrazarle.

- ¿No quieres que te limpie la habitación entonces? - Pregunté con ilusión, estaba cansada de limpiar tanto. Negó con la cabeza y fue a hacerse un té, yo le seguí. - Esta noche que solo estaremos nosotros, podría quedarme a dormir aquí.

Con nosotros me refería a su escuadrón y a él, los demás vendrían mañana, en mi cabeza era un plan genial.

- No podemos, Anya. - Dijo cogiendo una taza para mí. - Toma, bebe esto para la alergia.

Bufé y cogí la taza para dejarla en la mesa. Me miró enfadado, no sabía si por no hacerle caso y no beber o por dejar la taza sin posavasos.

- ¿Porqué? No se enterará nadie, tenemos que aprovechar que no hay más capitanes o guardias. - Me fui más cerca de él y le rodeé con mis brazos por la espalda. - Va, piénsatelo al menos.