Jimin mandó un último mensaje a Yoongi pidiéndole que le preparara los documentos sobre los detalles de los nuevos edificios a construir para que nada más llegar a la empresa los revisara, una vez se aseguró de que Yoongi había recibido dicho mensaje guardó el móvil en su bolsillo, viendo el tren acercarse en ese momento.
Suspiró cansado, otro día más sin su coche.
Jimin se apresuró a entrar al tren una vez que las puertas se abrieron, queriendo encontrar un asiento libre, rió internamente, había pasado de ir cómodamente en su coche con un café bien caliente a su lado y escuchando música de su agrado a pelearse por encontrar un sitio donde sentarse.
El tren parecía estar muy lleno por lo que comenzó a pasar hacia los otros vagones, negándose a ir de pie, el día anterior le había tocado ir de pie ya que los vagones se habían visto abarrotados y fue un sufrimiento para el, los peores veinte minutos de toda su vida, comenzaba a creer que le saldrían ampollas en los pies si seguía así.
Estupendo. Simplemente estupendo.
Caminó con lentitud por los vagones, buscando uno en el que hubiera un asiento libre y poco ruido, algo difícil de encontrar en un tren, tal el era muy ingenuo pensando que podría encontrar algo de silencio en un tren.
Se detuvo cuando al abrir la puerta de un vagón distinguió con facilidad al chico de hace unos días, aquel con el que había mantenido aquella muy pequeña pero agradable conversación.
Ni siquiera podía considerarse una conversación, más bien un intercambio de palabras. Pero el muchacho había causado una buena impresión en el.
Dejó que la puerta se cerrara tras el y caminó con lentitud por el vagón, los dos asientos junto al chico estaban vacíos, había otros asientos vacíos al otro lado también, e incluso una fila de asientos al final del vagón se encontraban desocupados, solo una señora mayor ocupaba uno de ellos en el centro, dejando todos los demás libres, parecía que ese vagón no se había llenado del todo.
Tenía un poco de sentido dado que era el último vagón, la gente solía subirse en los vagones del medio o los primeros, por eso se llenaban tanto y los últimos se encontraban más vacíos.
Estaba agradecido con ello, eso significaba que el podría tener asientos para descansar sus piernas y sentarse durante todo el trayecto.
No lo pensó mucho cuando caminó directo hacia el chico, no supo porque pero tampoco lo pensó, supuso que era por comodidad ya que el chico le había parecido agradable y amable, haciéndole olvidar el cansancio que sentía cuando mantuvo ese pequeño intercambio de palabras con el.
El chico esa mañana llevaba un conjunto de denim, un jean algo rasgado en las rodillas y una chaqueta vaquera con algunas zonas blanqueadas sobre una camiseta blanca simple, su cabello otra vez estaba ligeramente tapado por una gorra, esta vez negra.
Tomó asiento a su lado, no llamando su atención. El chico parecía muy concentrado en un dibujo, otro paisaje al parecer, aunque este parecía recién empezado ya que apenas había unos pocos trazos comenzando a dar forma a algo que Jimin no distinguía aún.
Jimin quiso decirle algo, pero no sabía cómo llamar su atención, tal vez el chico no quería ser molestado.
Mordió su labio inferior y recordó el lápiz que aún seguía en el fondo de su maletín, así que abrió este con algo de prisa y sacó dicho lápiz, volviendo a cerrar su maletín y dejándolo a sus pies.
Colocó el lápiz frente al rostro del castaño, viendo cómo este parpadeaba varias veces para después alejarse y girar el rostro en su dirección, abriendo sus ojos sorprendido cuando lo distinguió y al mismo tiempo, reconoció.
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Thirteen. (Jikook).
FanfictionJimin había perdido una apuesta la cual no solo involucraba teñirse su cabello con los colores del arcoíris, sino también tomar el tren durante tres meses sin tener acceso a su vehículo. Nunca imaginó que tanto podría cambiarle la vida aquel simple...