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Felix estaba preparándose para ir a la escuela, y cuando hablo de prepararse, me refiero a que se levantó quince minutos antes de que empezaran las clases y se vistió a la velocidad de la luz para poder llegar a tiempo. En momentos como esos odiaba vivir a media hora del instituto.

Pasaron un par de semanas desde la ruptura de Hyunjin y Jeongin y mientras que el primero estaba en proceso de sanación de la herida, el segundo estaba en la etapa más feliz de su relación con Bangchan y no dudaba en presumirlo en sus redes sociales.

Jeongin nunca dejó de acercarse a Felix. Seguía hablando con él a mitad de las clases y en medio de los recreos, esbozando sonrisas hipócritas y desbordando falsa amabilidad. Felix solo escuchaba y hablaba de vez en cuando, no solo porque estuviera literalmente con un cuchillo en el cuello cuyo dueño era Jeongin, sino porque precisamente, Felix siempre supo cómo era él. Las bases por las cuales se creó esa relación tampoco eran las más afectivas, así que el pecoso no tenía muchas opciones.

Un mes. Felix tenía un mes exactamente para robarle 6 millones a Hyunjin.

Por otra parte, la amistad que tenía con Hyunjin se fue acentuando en esos pequeños ratos que pasaban juntos. Y Felix no dejaba de pensar en que estaba mal lo que estaba haciendo. Demonios, estaba haciéndose amigo de una persona literalmente para robarle dinero. Eso no estaba bien. Sí, él ya había sido catalogado antes como una persona éticamente incorrecta, a decir verdad, pero jamás como un ladrón.

Claro, debería estar sintiendo culpa. Pero no se podía permitir el remordimiento de conciencia. El plan tenía que seguir, costara lo que costara.

Antes de irse al instituto, a 5 minutos de la hora de entrada, tomó su mochila y en el instante en el que iba a guardar su celular, lo sintió vibrar. Era un mensaje de Hyunjin diciéndole que iba a pasar a su casa a buscarlo para ir juntos a la escuela. Claro que Felix no podía permitir que lo hiciera, no quería que la gente del instituto los viera juntos bajo ninguna circunstancia, por lo que ignoró a Hyunjin y se fue de su casa corriendo.

En cuestión de minutos, un auto rojo brillante comenzó a andar a su lado. Felix rodó los ojos al saber que se trataba de Hyunjin, pero no se detuvo. Corrió más rápido. Podía sentir como sus cuadernos iban dando saltos en su mochila.

─¡Ven, sube! ─prácticamente le gritó Hyunjin desde el auto.

─¡No lo haré!

─¿Por qué no?

─¡¿Te gustaría que Jeongin nos viera llegar juntos a la escuela?!

Mintió. No era Jeongin quien le preocupaba, sino los otros mil estudiantes chismosos del colegio.

─¡La verdad, sí! ─Hyunjin esbozó una extensa sonrisa─. ¡Vamos, entra! Él ni siquiera lo notará.

─¡Sí lo va a notar! ¡Es Jeongin!

─¡¿Y qué tiene!

Felix suspiró y desaceleró el paso.

─Está bien ─dijo de pie, en medio de la calle, a unos dos metros del auto. Sin embargo, podía sentir la mirada de Hyunjin encima de él, capaz de incomodarlo.

Hyunjin era muy convincente cuando se lo proponía y eso le provocaba miedo, pero también una extraña sensación de curiosidad que lo incentivaba a hacer todo lo que le pidiera.

─¿En serio piensas ir así a la escuela?

─¿Qué tengo de malo? ─lo miró extrañado.

─Pareces una bruja.

─Me lo han dicho antes.

─Vamos, sube al auto. Tengo algo que quiero darte ─buscó en la guantera frente a Felix, pero antes de poder sacarlo, se dio cuenta de que el pecoso estaba literalmente en medio de la calle, de espaldas a una moto que iba directo hacia él a toda velocidad─. ¡Felix, apártate ya! ─gritó lo más fuerte que pudo.

Love breakup ✧ HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora