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Estábamos en la biblioteca buscando información, pero Hestia parecía algo distraída.
-En qué tanto piensas?- preguntó Demeter y Hestia suspiró.     -En la vida que llevan los humanos. Es tan simple, pero llena de emociones, puedo sentir el fuego que hay en sus hogares desde aqui, es como si me veneraran sin que ellos mismos lo sepan-    -Me agrada la  idea de que aquí hay muchos a los que les interesa la naturaleza, creo que si entro a alguna clase de ellos me haría la más popular- dijo Demeter.
-Hola chicas, venimos a invitarlas a la fiesta de bienvenida que dará la universidad- dijo un grupo de chicas entrando.    -Será el día de hoy en la fraternidad KAPPA-   -Esperamos a que vayan, será a las 8 de la noche-   -Irán muchachos- dijo y nos dejaron la invitación para después salir.

-¡Debemos ir!- dijo Hestia muy entusiasmada.     -Será buena idea?- pregunté.     -La verdad no lo sé, quiero acabar con esto cuanto antes, debo saber que Perséfone está bien-   -Ay vamos. Cuando fue la última que se divirtieron? Demeter, que has hecho en los últimos siglos? Sólo enfocarte en tu hija y en tus actividades. Y tú Hera? Sólo estarte quejando de las infidelidades de Zeus. Por una vez, olvidémonos de lo malo de nuestras vidas y salgamos a divertirnos, llevemos a cabo esta vida de humanos en la que estamos, vayamos a divertirnos como lo hacen ellos. Mezclemonos con los mortales- dijo tratando de convencernos.
-En verdad quieres ir a esa fiesta, Hestia- dijo Demeter.
-Por favor- dijo Hestia haciendo pucheros y nosotras reímos.    -Cuando has visto a una diosa rogándole a otra?- dije.

Nos preparamos para ir a la fiesta a la que tanto quería asistir Hestia, y en cuanto llegamos la casa, estaba llena.    -Hera, puedes sentir lo mismo que yo?- dijo Demeter.     -Si, Eros y Afrodita están aquí también- dije.
-Creen que haya más de nosotros aquí?-     -No lo sé, Hestia. Pero creo que ellos también ya nos sintieron- dije y entramos las tres.
Se podía sentir que los mortales disfrutaban de la música, bailaban al son de ella, y Hestia no tardó ni un segundo en sentir lo mismo que ellos. Parecía disfrutarlo, como si la música corriera por sus venas, mientras que Demeter y yo tratábamos de buscar a Eros y Afrodita.

Caminaba por el centro de la casa, y de repente sentí que me estiraron la mano.
-Zeus- dije impresionada y chocando con su cuerpo.     -Sabía que estarías aquí, mi esposa- dijo y me solté.    -Ahora soy tu esposa? No seas tan hipócrita- dije molesta y me tomó de los hombros apretándolos.    -Escuchame Hera, esta vez estarás conmigo y no con ese patético mortal, tú eres mi esposa y lo has sido durante siglos... nada cambiará eso-    -Suéltame Zeus, aquí no es el Olimpo y no tienes tus poderes-      dije y Zeus cayó al suelo tras ser golpeado en el rostro.
-Sientes eso? Es el dolor que siempre sentimos los humanos, acostúmbrate a el- dijo Aquiles.
Era la primera vez que sentía esto, era cómo si fuera placer visual. Aquiles tomó mi mano con delicadeza y salimos de la fiesta, caminábamos por las calles vacías al ser la noche.

Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas, y la noche es el océano.
Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras, y la noche el desierto.
Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas, y la noche el relámpago.
Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío.
Éramos dos amantes bajo la luz de la luna, donde las estrellas nos recubren como manta, el descanso del último suspiro de un día que muere, el amor en la noche cálida.
Aquiles, eres el agua o la sed en mi camino?

-Hace cuánto estas que está aquí?- preguntó.    -Desde hoy en la mañana, y tu?- dije y me tomó de la mano.   -Desde una hora antes de golpear a Zeus- dijo sonriendo y reímos.  -Hay más dioses aquí, están mis hermanas y otros dos-    -Si, pude sentir la esencia de ellos, pero por toda la gente, no supe quienes eran. Ellos porqué están aquí?-    -Eso mismo queremos saber, o bueno, ellos, tú y yo sabemos porque estamos aquí-   -Por qué?- preguntó. Es verdad, Aquiles no recuerda que ha reencarnado varias veces, y que lo que le espera es morir.   -Olvida lo que dije, todo estará bien, sólo prométeme una cosa, que te cuidarás mucho cuando yo no esté contigo, que pelearás hasta el fin como en tus batallas, y que serás más inteligente que un Dios-     -Hera, por qué me dices esto?-    -Porqué te amo, Aquiles- dije y él me besó.
-Sí estuviera muerto y enterrado, y escuchara tu voz estando yo en mi sepulcro, mi corazón aún se regocijaría de alegría- dijo abrazándome fuertemente.

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