La guerra duró cuatro años, y recién recuperada la estabilidad en Europa, los May fueron citados hacia Paris para continuar con la planificación de la boda. A Brian no podía interesarle menos los detalles como el color de su traje o qué menú servirían en la recepción. Durante la guerra tuvo que presenciar escenas devastadoras, millones de personas muertas o heridas, y su corazón no tenía realmente la fuerza ahora para pretender que casarse era una prioridad. Sus padres, por otro lado, parecían dispuestos a olvidar la destrucción del conflicto enfocándose solamente en la ceremonia, y fortalecer la amistad de ambos reinos que, una vez más, habían librado batalla hombro a hombro.
Amistad, esa palabra se quedó grabada en la mente de Brian en lo que el barco inglés llegaba al puerto. En esos cuatro años no recibió ninguna señal de vida de su mejor amigo y solo asumía lo peor. ¿Murió? No podía ser una opción, en tanto las noticias se hubieran difundido por toda la región.
No obstante, para Brian esa era un gran posibilidad.
¿Por qué Roger Taylor desaparecería completamente de su radar si no era porque, en efecto, ya no estaba con ellos?
Mismo palacio, mismo salón, misma bienvenida. Michael y Winnie: los mismos reyes, portando los mismos colores azulados y saludando con las mismas sonrisas y cortesías de siempre.
—¿Los niños donde están? —preguntó Harold con una gran sonrisa, refiriéndose efectivamente al príncipe y la princesa, que ya con 22 y 18 años de edad, habían dejado de ser niños hace mucho.
Brian esperó atento la respuesta, examinando disimuladamente a los reyes quienes intercambiaron una mirada de preocupación que sus padres no parecieron notar, pero él sí.
—Roger nos acompañará en un momento —afirmó Winifred ofreciéndoles una educada sonrisa, antes de aclarar su garganta y añadir: —Clare no se encuentra en el país, lamentablemente.
Aquella aclaración tomó por sorpresa a los monarcas ingleses; dado que la boda estaba prevista dentro de un par de semanas, era la ocasión perfecta para que Brian y Clare empezaran a conocerse a fondo. Esa era la tradición. Brian, sin embargo, sonrió; iba a ver a Roger de nuevo después de todo esos años, y esas fueron noticias excelentes.
—¿Clare no está? — repitió Ruth, con cautela. —La boda será a fin de mes, ¿cuándo va a regresar?
—Clare llegará a tiempo para la boda, Ruth, no se la perdería por nada del mundo —afirmó Michael. El rey tomó la mano de su omega, mirando a la otra pareja con detenimiento; Brian notó que Winnie estaba ansiosa, y empezó a preocuparse también por el bienestar de su futura esposa.
—¿A tiempo para la boda? Me temo que no entiendo a qué se refieren. Ella debería estar aquí para que nuestro hijo pueda cortejarla, como señala la ley — declaró Harold, un poco más a la defensiva.
Los Taylor volvieron a intercambiar miradas en silencio. Por primera vez desde que tenía memoria, Brian notó que el rey Michael no parecía encontrar las palabras adecuadas. Lucía decepcionado, algo molesto y bastante inseguro.
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𝐻𝒶𝓃𝒹 𝓂𝑒 𝓉𝒽𝑒 𝒲𝑜𝓇𝓁𝒹 𝑜𝓃 𝒶 𝒮𝒾𝓁𝓋𝑒𝓇 𝒫𝓁𝒶𝓉𝓉𝑒𝓇 | ᴍᴀʏʟᴏʀ ᴀʙᴏ
Fanfiction¿El karma? No siempre es algo malo. ¿Ser omega? No siempre termina en desgracia. ¿Casarse con su mejor amigo? Lo mejor que pudo haberle pasado. ¿Hotel? Trivago. (Ok, no) ................ ⚜️ Short-Story, Royalty AU ⚜️ +3000 palabras/capítulo ⚜️ Om...