Parte Uno

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Un Two-Shot bonito que hago para compensar por lo que va a ser el Songfic, que calculo estaría para finales de la semana que viene :D

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Hoy mismo cumplían ya tres años como pareja. Por la noche habían ya organizado lo que iban a hacer el resto del día.

El despertador al lado de su cama empezó a sonar con su característico y molesto timbre en cuanto dieron las 6 de la tarde. Vaya que estaba enamorado para haberse despertado de su siesta.

El joven Nara suspiró con pesadez, había pasado unos dos minutos mirando el techo, hasta que reunió la fuerza de voluntad para levantarse de la cama y asearse para continuar el día que pensaba compartir con su chico.

Nada más salir se cambió con la ropa que usaba habitualmente y se dirigió a su celular.

"¿Que hay, lindo?" "Avísame cuando quieras que vaya"

Escribió con tranquilidad a su novio, sonrió al pensar en él, lo que hizo que se avergonzara solo.

Guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón y tomó su mochila, que tenía una manta y varias cosas más, bajó hacía la cocina para tomar un par de refrigerios que él mismo había hecho guardándolos, se sentó en el sofá a esperar una respuesta.
No tardó mucho para escuchar el sonido de su celular indicándole que le había llegado un mensaje.

"Hola guapo :)" "Estaba ayudando a mi mamá, pasas por aquí en quince?"

Respondió con una afirmación y se levantó del mueble en el que estaba sentado, se iba a aburrir esperando ahí por muy poco tiempo que fuera, así que decidió salir a caminar un rato.

Respiró gustoso el aire fresco al salir de su casa, hacía algo de calor, más no lo suficiente para agobiarlo y ponerlo de mal humor. Vagó un rato por la aldea hasta que pasaron veinte minutos, a lo que se dirigió hacía la florería Yamanaka. Al entrar saludó a Ino, que le sonrió con amabilidad puesto que estaba atendiendo a alguien y no podía conversar.

Enseguida escuchó unos pasos bajando por las escaleras a lo que levantó la vista, viendo bajar a un precioso rubio, lo que hizo que se le escapara una sonrisa, este saludó a su madre y lo miró correspondiendo su gesto.

En un cómodo silencio se dirigieron hasta la salida de Konoha, saludando a Izumo y Kotetsu, que no evitaron sentir curiosidad ¿A dónde va ese par de la nada y sin su equipo? Se preguntaron, mas sabían que se iban a quedar con la duda.

Cuando estuvieron a cierta distancia dejaron de caminar mirándose con esa tranquilidad que sentían al estar juntos y solos. El rubio no tardó en acercarse al mayor y rodear su cuello con sus brazos, a lo que este respondió posando sus manos en su cintura y juntando sus frentes.

Ambos sonrieron levemente, y unieron sus labios en un beso lento y suave, las manos del Nara se movían con lentitud, subían a la espalda del Yamanaka y volvían a bajar, mientras el menor acariciaba con suavidad la nuca del castaño. Se quedaron así un rato, entre suaves caricias, disfrutando el contacto.

Se separaron pasados unos largos segundos, unieron sus manos, entrelazando sus dedos caminando hacia su destino en una amena charla sobre el clima de ese día.

Hace unos cuatro años, habían descubierto, por accidente, un hermoso lugar en medio del bosque. Se habían desviado de su camino en una misión al punto de perderse, a lo que llegaron a ese hermoso claro, era bastante grande, y había un lago con agua cristalina en medio de este, era un paisaje idílico cuánto menos, cualquiera diría que es sacado de un cuento, o su propio paraíso, su Edén.

Edén (Two-Shot Shikajin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora