Gala, una persona que no tiene ni una pizca de paciencia.
Karchez, una persona que le encanta hacer explotar a Gala.
¿Cómo es posible que dos personas se puedan querer y odiar al mismo tiempo?
- "¿Con la K y la G?" - preguntó.
- "Con la K y la G "...
Llevaba tres horas en stream, no era consciente de la hora que era, no tenía un reloj a mano para comprobarla y ni siquiera le había echado un vistazo a la parte inferior del ordenador.
Estuve demasiado concentrada en la partida como para saber si me había pasado de la hora límite o no.
Ahora me encontraba haciendo just chatting.
El sonido de la puerta de mi habitación hizo que tuviera que quitarme los cascos y mirase hacia mi padre, que me miraba como si ya se hubiera esperado esta situación.
— ¿Tú no piensas venir a cenar o cómo va la cosa? — preguntó levantando una ceja
Ahora si que me fijé en el pequeño reloj de la esquina de la pantalla del ordenador.
Aún eran las ocho, por lo cual me daba tiempo a ducharme y vestirme si cerraba el stream ya.
Miré a Geri y sonreí como disculpa.
— Ahora cierro el stream y me preparo ¿vale, papi? — puse cara de inocente.
Mi padre se acercó a la cámara solo para saludar y dejó un beso en mi frente.
— Venga Gala que reservé a las 9 y media. — me regañó.
Papá salió de la habitación, solo quedamos la pantalla, el chat y yo.
— Bueno gente, ya habéis oído al sargento, me tengo que ir a cenar con mi familia, personas, os aviso, estos tres días que vienen no habrá stream por temas de trabajo y tal, pero el jueves segurísimo que hago, os quiero mis pequeños.
Me despedí mandando un beso a la pantalla y seguido de eso apagué todo.
Contesté un mensaje que tenía de Karchez y le respondí un Tweet a Ander.
Seguido de eso, me encaminé a mi maleta y saqué algo más o menos arreglado para ponerme esta noche.
Me metí en la ducha, no tardé más de 20 minutos, cuando me vestí y encontré un peinado para que mi pelo no pareciera recién salido de una leonera, me dispuse a tomarle un par de fotos a mi outfit y subirlo a Twitter, mi red social de confianza.
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Todos los comentarios de mis fans me hicieron enternecer, eran tan amables conmigo que a veces no sabía cómo agradecer tanto apoyo.
No pasó mucho tiempo cuando mi móvil empezó a vibrar a causa de un par de menciones en el Tweet de alguien.
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