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Para todas aquella almas gemelas que fueron obligadas a separarse.




Espero que valgan la pena todas las lagrimas que he derramado escribiendo este corto libro.






—Nailea vas a perder el vuelo!
—Mamá eres tú la que no está subida al coche.
No me lo podía creer, ¡Estaba en Nueva York! Venia a estudiar desde España arte dramático, para cumplir mi sueño.
Dejé las cosas tiradas de cualquier manera en el apartamento y salí pitando a ver Nueva York, nada más salir de allí me tropecé con un chico, era alto, de pelo rizo algo largo y con unos ojos verdes que llamaron mi atención.
—Perdón no te había visto.
Me quede paralizada, no era capaz de hablar, quería, pero mi boca no se abría.
—Ehh
No me dio tiempo a decir ni una palabra.
—Bueno, tengo mucha prisa, espero volver a verte.
Mientras se iba alejando mi respiración se iba relajando, ¿Que había sido eso?

Estuve un buen rato conociendo la ciudad, al llegar al apartamento hice lo típico, vaciar las maletas, organizarme...
Mañana empezaba la universidad.

Mi día fue muy simple, no hicimos nada y conocí a una chica muy maja, Ava, era rubia y de ojos azules, nos parecíamos bastante.
La semana fue transcurriendo con fluidez, al llegar el finde simplemente salí con Ava a dar algún paseo.
Ya llevaba varias semanas aquí, no me costó nada adaptarme, la gente es muy simpática.
Cuando llegue a la universidad, me sorprendió ver a un grupo de personas trajeadas, me dijeron que estaban haciendo castings para rodar películas, aquí me emocione, pensé que sería una oportunidad para ir avanzando en eso de querer cumplir mi sueño, me apunte al casting, la verdad fue algo muy rápido y no lo hice especialmente bien, Ava también lo hizo, tenían que escoger a 4 personas para esa película, que según tenía entendido se llamaba "30 amaneceres en Nueva York", la película no tenía pinta de ser muy buena, ya que estaban escogiendo a estudiantes como protagonistas, pero sería un paso hacia mi futuro.

1 semana después de hacer el casting llegó una carta a mi apartamento, era de los productores, ¡Me habían aceptado como la protagonista! No me lo podía creer, llame a Ava corriendo.
—¡ME HAN ACEPTADO COMO LA HERMANA DE LA PROTAGONISTA!
—¿Enserio? A mi como la protagonista, ¿te lo puedes creer?
—¡Vamos a rodar una película juntas Nai!
Ava se había acostumbrado a llamarme de esa manera que tanto odiaba, aunque me terminare acostumbrando.
—No me lo puedo creer Ava.

Bajo las estrellas de Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora