II

327 17 1
                                    

Ya habíamos llegado ala zona del rodaje, a Ava y a mi nos había tocado en el mismo roulot, nada más llegamos estuvimos ensayando escenas, empezaríamos a grabar mañana.
Ya de noche vinieron los productores a presentarnos a nuestros compañeros de rodaje.
NO ME LO PODÍA CREER.
Allí estaba, el chico que me cruce el primer día que llegue a Nueva York.
Uno del equipo se me acercó con el chico.
—Este es Alessandro, el otro protagonista.
El chico frunció el ceño.
—Ya nos habíamos visto antes, creo.
—Si, hace un par de semanas, yo soy Nailea.
—Encantado.
La verdad estaba poniendo una sonrisa un poco forzada y no se el por qué.
—Conocí al resto de mis compañeros y me metí en el roulot con Ava, estaba demasiado cansada y para mi sorpresa me llamo mi madre, histérica como siempre, por que aún no le había contado nada de mis compañeros ni del rodaje.
—Mamá si acabo de conocerlos hace 5 minutos como quieres saberlo ya.
—¡Es que nunca me cuentas nada, ya te olvidaste de mi!
—Mamá no empieces.
Estuvimos un rato hablando y me fui a dormir, estaba cansadísima.
Cuando me desperté, me hice el desayuno, me di una ducha y desperté a Ava que parecía una morsa durmiendo.
Nos petaron ala puerta, era un productor, teníamos el primer ensayo alas 11, es decir, en 10 minutos.
Nos vestimos súper rápido y fuimos hasta allí.
El ensayo fue muy divertido, me lo pasé realmente bien y aunque no conocía a nadie, cogí confianza muy rápido, me sentía realmente cómoda, Alessandro era muy majo, me contó que era italiano, pero estuvo viviendo aquí desde los 3 años.
Estuvimos comiendo y pasando el rato hasta el siguiente ensayo, la verdad la película no tenia muy buena pinta, pero nos lo pasábamos genial.

Después de varios días de rodaje habíamos cogido mucha confianza, Alessandro se hizo muy cercano a Ava y a mi.
La verdad me sentí realmente bien, en España todas mis amigas no eran de verdad, siempre me dejaban de lado, hacía tiempo que no sentía que tenía amigos de verdad, aunque conocía Alessandro de hace pocos días.
Nos pasábamos los días juntos, si un día no había rodaje nos daba igual, íbamos a algún sitio los tres juntos.
Alessandro y yo hablábamos mucho, demasiado.

Ya llevábamos unas semanas de rodaje y Ava había cogido una gripe, pobrecita.
Alessandro y yo nos veíamos todos los dias, los pasábamos juntos, llamábamos siemore que podíamos a Ava.
Hoy me llamo Alessandro para ir a su apartamento, me vino a buscar y fuimos hasta allí para cenar.
Me sentía demasiado cómoda con el, era una sensación extraña, estábamos viendo una película, pero era demasiado aburrida.
—Alessandro me aburro mucho.
—Yo también, podemos ir a un sitio.
—¿A donde?
—Ven.
Bajamos ala calle, andamos unos cinco minutos hasta llegar a un edificio muy viejo, subimos unas escaleras que llegaban al ático, era precioso, se veía todo Nueva York.
—Es mi sitio secreto, vengo siempre.
—¿Y por que me traes a mi?
—Siento que eres la única persona con la que puedo disfrutar de esto.
—¿A que te refieres Alessandro?
Suspiro y se encendió un cigarrillo.
—¿Quieres?
Me ofreció, odiaba el tabaco, lo detestaba.
—No, no fumo.
—No te conozco casi nada Nailea.
—¿Como que no?
—Es decir, somos amigos, pero de milagro se que vienes de España, no se nada de ti.
—Bueno, tampoco hay mucho que contar, no tenía una vida interesante.
—No hay nada mas interesante que tu.
—¿Tu crees?
—No se porque, pero siento que tienes algo detrás, algo que ya me contarás.
Oh si, tenia tanto que contar de mi desastrosa vida.
No se el porqué, pero solo quise abrazarlo, y así fue, se me escapó una lágrima, que rápidamente me apartó de la cara.
—Gracias por traerme aquí.
—Podemos venir cuando quieras.
Sonreí y nos fuimos.
Me acompaño hasta casa.
—Gracias Alessandro
Me sonrió y se fue.
Estaba cansadísima, subí las escaleras y me metí en mi apartamento, me puse a dormir, no recuerdo el momento de ponerme el pijama de lo cansada que estaba.
Llevaba apenas un mes siendo amiga de Alessandro y ya me sentía como si llevásemos 5 años de amistad, creo que había demasiada confianza.

Bajo las estrellas de Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora