Querida mini mi:
Soy yo, o sea tú.
Solo que en tú versión de 30 años. Así es: las 3 décadas, el tercer piso. ¡Soy treintona! Cumplir mis treinta me ha hecho pensar mucho en ti, especialmente en todas las cosas que amé de ti. Más profundamente pienso en todo lo que tengo ahora y me hubiera gustado tener a tu edad.
Creo que te hubiera sacado más provecho, si las hubiera sabido.
La primera es una verdad simple: no eres tu tipo.
¿Qué diablos significa eso? pues que hay muchas cosas de tí que no te gustan... pero eso no quiere decir que no le gustes a nadie... simplemente no eres tu tipo. Y eso está bien. Te puedes amar sin gustarte.
Por ejemplo siempre luchaste por ser (abro comillas porque casi te escucho decirlo) "demasiado alta". ¿Demasiado alta? Pues depende...Si te la vives viendo en todos los medios a muñequitas diminutas con hombres enormes... pues si. Así que soy muy alta. Pero adivina que, ahora, en el futuro (futuro para ti, presente para mi) hay heroínas de todos los tamaños.
¿Recuerdas hace unos años cuando las niñas de la escuela no te dejaban jugar con ellas por "miedo a que las lastimaras"? pues resulta que ahora todas ellas usan tacones y tienen ampollas gracias a ellos. Tú por tu lado, alcanzas todas las repisas usando sandalias de lo más cómodas. ¡Aleluya por eso!
¿Recuerdas esa voz ronqueta que siempre te pareció demasiado masculina para cantar junto con las otras chicas?, pues resulta perfecta para hacerse escuchar en las conferencias y reuniones. Y tu esposo (no te había contado... estamos casadas) lo conquistaste en una llamada telefónica. ¡Nada mal para una sopetas!
¿Recuerdas esas piernas gruesas que desgastan los jeans por la parte interior?, pues resulta que ganas músculo con muchísima facilidad en esa zona y eres la envidia de muchas en el gimnasio por eso. ¡10 puntos por eso!
La verdad es que no siempre vas a ser el tipo de todos... y no solo de tu físico.
Algunos pensarán que eres mandona, otros lo verán como que eres líder nato. Otros pensarán que eres demasiado infantil, a tus hijas eso les encanta y el resto de madres siempre te alaban y envidian en las fiestas infantiles.
Es normal no gustarle a todos, incluso no gustarte a tí algunas veces.
Simplemente no eres su tipo.
Pero debes tener la certeza yo adolescente, que eres (y serás) amada.
Cuando alguien te lo diga, créelo y disfrútalo.
Cuando tú misma lo sientas sonríe y gózalo.
Hasta la próxima, minis.
Con amor, su futuro.
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Querida mini mí
No Ficción¿Cuál es nuestro principal y primer amor? ¡Nosotros mismos! Estas son cartas que escribí para mi versión más joven. Una adulto de 30 años escribe consejos y cuenta anécdotas que creen que hubieran ayudado a su yo adolescente a ser más feliz. Quién...